Él venía de realizar una gira de conferencias por Japón y de una estancia en Palestina. En Barcelona ya le esperaban desde hacía varios días porque desde Singapur envió un telegrama anunciando que venía. El jueves 22 de febrero llegó a Barcelona en tren hasta la Estación de Francia procedente de la ciudad francesa de Tolón. Nadie lo recibió, pues tuvo problemas con las aduanas francesas y no pudo avisar a tiempo del día y la hora de su llegada. Acerca de su primer hospedaje existen confusiones al respecto. Se dijo que había ido a parar al hotel Cuatro Naciones, en la Rambla, mientras que otras fuentes aseguraban que se alojó en el Hotel Colon, en la plaza de Catalunya, en una habitación que la Mancomunitat de Catalunya le había reservado, aunque otra versión asegura que él y su esposa Elsa se dirigieron primero a la casa de Terradas, en la calle de Còrsega, para saber dónde debían ir y que, finalmente, se instalaron en el hotel Ritz (actual Palace), en la Gran Via con Llúria.
El sábado 24 por la mañana fue invitado por el arquitecto y presidente de la Mancomunitat de Catalunya, Josep Puig i Cadafalch, a visitar el monasterio de Sant Cugat del Vallès y luego el conjunto precristiano y el conjunto románico de Sant Pere, en Terrassa. Por la tarde y de regreso a Barcelona, a las 19:00h realizó la primera conferencia en el Salón Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans, entonces ubicado en el actual Palau de la Generalitat. Habló sobre la teoría de la relatividad restringida. Al curso se inscribieron un centenar de personas, cada una de las cuales abonó la (para aquél entonces) elevada suma de 25 pesetas.
El domingo 25 visitó el monasterio de Poblet (donde firmó en el Libro de Honor) y el municipio de l’Espluga de Francolí. El lunes 26, acompañado de Terradas, visitó la Universidad de Barcelona y luego realizó la segunda conferencia en el Saló Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans. Habló sobre la relatividad general. Llegada la noche asistió a una cena en su honor en el restaurante del Ritz, organizada por Puig i Cadafalch.
El martes 27 fue visto tomando un café con leche en el restaurante Refectorium, en la Rambla dels Caputxins. Por la mañana visitó dos escuelas de renovación pedagógica: la Escuela del Mar y el Grupo Escolar Baixeras. Al mediodía el Ayuntamiento de Barcelona le ofreció una solemne recepción en el salón del Consell de Cent, siendo recibido por el alcalde accidental Enric Maynés. Por la tarde hizo una conferencia en la Real Academia de Ciencias y Arte de Barcelona, en la Rambla de Canaletes, sobre las implicaciones filosóficas de la teoría de la relatividad. Poco después accedió a la Sede del Sindicato de Distribución de la CNT, en la calle de Sant Pere més Baix, para a ser entrevistado por el dirigente Ángel Pestaña. De esta experiencia tuvo que desmentir haber dicho que él también era un revolucionario como los anarquistas de la CNT pero en el campo científico. La jornada terminó con una cena organizada por el ingeniero, físico, político, profesor de la Escuela Industrial y secretario de la Instrucció Pública del Consell de Pedagogia de la Mancomunitat Rafael Campalans, quien lo invitó en su propia residencia. En la velada actuaron el guitarrista Regino Sáenz de la Maza, la soprano Andreua Fornells y el trío Barcelona. Se cuenta también que los platos, cocinados por la madre de Campalans, se inspiraron en conceptos de la teoría de la relatividad.
El miércoles 28 por la mañana, a petición suya, Einstein hizo una visita en canoa al puerto de Barcelona acompañado del ingeniero jefe de obras. Luego realizó la tercera conferencia en el Saló Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans, donde habló de los problemas de la relatividad. Finalmente visitó la Escuela Industrial de Barcelona, donde fue obsequiado con dos discos de música tradicional catalana (que siempre aseguró admirar y escuchar) y con un álbum de la ciudad por parte de la Sociedad de Atracción de Forasteros.
Tras su visita a Barcelona cobró 3.500 pesetas a modo de honorarios. Anotó en su cuaderno sus breves impresiones acerca de su paso por la capital catalana: “22-28 febrero. Estancia en Barcelona. Mucha fatiga, pero gente amable (Terradas, Campalans, Lana, la hija de Tirpitz), canciones populares, bailes, Refectorium, ¡Ha sido agradable!”. El miércoles 1 de marzo Einstein y su esposa se dirigieron a la Estación de Francia para tomar el tren con destino a Madrid. A diferencia de su llegada, tuvo una generosa despedida con la presencia, entre otros, del cónsul alemán Ulrich von Hassell y del alcalde accidental de Barcelona Enric Maynés.
Tras la excelente experiencia de la visita de Albert Einstein a Barcelona se intentó que el físico regresara nuevamente a la capital catalana. Por este motivo en 1934 la Generalitat de Catalunya lo nombró ciudadano honorario de Cataluña y fue invitado por el entonces presidente Lluís Companys. Sin embargo, no pudo acudir a la cita pero aún así respondió que gozaba "a menudo y feliz de las maravillosas canciones populares catalanas" que había recibido "de los amigos de allí" en su "anterior visita a Barcelona".
Fotos: Familia Terradas, Generalitat de Catalunya, Josep Maria Sagarra, Universitat Politècnica de Catalunya.