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Recordando la huelga de tranvías de 1951

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En la historia del transporte público barcelonés el mes de marzo nos lleva a recordar una importante efeméride como fue la popularmente llamada "huelga de tranvías". Todavía bajo la larga sombra de la postguerra, el contexto económico era muy desfavorable, con unos escasos niveles de productividad así como una falta de renovación tanto de maquinaria como de instalaciones, una situación arrastrada desde 1939. Sólo una minoritaria clase social rica vivía en mejores condiciones frente a una clase social pobre muy extendida. La economía tenía un carácter autárquico e intervencionista, sin ayudas internacionales imprescindibles, con fuertes restricciones y escasos racionamientos. El control de las materias primas y de los precios de los productos básicos favoreció a los simpatizantes del nuevo régimen. Fueron los años del mercado negro (que controlaba hasta el 50% de la producción industrial catalana) y el estraperlo. La peseta se devaluó, los salarios eran muy bajos, los precios de los productos se incrementaron y el nivel de vida bajó. En definitiva, se entró en una etapa de duras condiciones en la que la recuperación urbana y social fue muy lenta. Esta situación tan insostenible provocó un agotamiento de las masas populares que las llevó a generar conflictos sociales que desafiaron a la dictadura. Fue, según palabras del doctor en historia Bernat Muniesa Brito, la última batalla de la generación que perdió la guerra.


La semilla del conflicto tuvo su precedente durante la anterior década, especialmente conflictiva y marcada por el aumento de la antipatía de la ciudadanía hacia los tranvías. Sin ir más lejos, durante 1950 los vehículos habían producido 21 muertos y 421 heridos en accidentes. El 30 de octubre del citado año el Delegado Nacional de Sindicatos Fermín Sanz Orrio comunicó al secretario general de la FET y de las Jones Raimundo Fernández Cuesta que "se desprende que existe un fuerte malestar social como consecuencia de la inseguridad laboral y carestía de la vida, por lo que sería impopular y extemporáneo que, en estas circunstancias, se autorizara cualquier aumento en las tarifas de los tranvías y demás medios de transporte urbano como parece que se va a llevar a cabo por las correspondientes empresas, previa autorización municipal". Sin embargo, a pesar de la advertencia y de las posibles consecuencias, el 16 de diciembre siguiente la Dirección de Tranvías de Barcelona desoyó el consejo y anunció públicamente una subida de las tarifas que afectaría a las líneas de vía ancha, comunicado que el día siguiente trasladó a la prensa: "Promulgada la orden del Ministerio de Trabajo por la que se modifica la reglamentación laboral vigente en esta Empresa aumentando los salarios y el plus de carestía de vida a su personal desde el día 18 del corriente, se hace público que, de acuerdo con la orden del Ministerio de Obras Públicas del 11 del actual, se implantarán, a partir del próximo martes día 19, las nuevas tarifas aprobadas por el Consejo de Ministros en Decreto del Ministerio de Obras Públicas del 1º de diciembre en curso". Los nuevos precios establecidos fueron los siguientes:

Tarjetas mensuales de dos viajes: 0,35 pesetas
Tarjetas mensuales de cuatro viajes: 0,35 pesetas
Billetes matinales de dos viajes: 0,40 pesetas
Billetes matinales de cuatro pesetas: 0,35 pesetas
Billetes ordinarios en día laborable: 0,70 pesetas
Billetes ordinarios en día festivo: 0,75 pesetas
Billetes para el servicio nocturno: 0,90 pesetas
Billetes militares: 0,25 pesetas
Billetes especiales: 1,50 pesetas
Billetes de inspección: 0,70 pesetas
Billetes de bultos: 0,70 pesetas


Sin embargo, las tarifas de los tranvías de Madrid bajaron de precio llegando a un máximo de 40 céntimos la más cara, lo cual generó una fuerte indignación tan pronto se supo de ello. Como consecuencia hubo una fuerte reacción popular y a principios de febrero del año 1951 la población barcelonesa empezó a movilizarse al respecto. Tal y como afirma el historiador Fèlix Fanés, la iniciativa tuvo el apoyo de los propietarios de los pequeños talleres y comercios que cerraron sus puertas. Se trató en realidad de un movimiento espontáneo, sin organización premeditada, en la que los grupos tradicionales de oposición no ejercieron un papel de dirección política, aunque sus militantes sí intervinieron a título personal junto a otros nuevos participantes como católicos, estudiantes e incluso falangistas. Lo primero fue la distribución desde el 14 de febrero de unas octavillas a mano o en los buzones invitando al público que a partir del 1 de marzo siguiente dejara de usar el tranvía para sus desplazamientos, las cuales decían textualmente (ver imagen):


Otra octavilla, más breve, decía (ver imagen):


El 22 de febrero se sucedieron las primeras manifestaciones estudiantiles y dos días después se produjeron numerosas quebradizas mientras un grupo de estudiantes de la Universidad de Barcelona iba por las calles de la ciudad haciendo correr la consigna del boicot para el día 1 de marzo. Tres días después algunos de estos estudiantes fueron detenidos por haber puestos petardos en las vías de tranvía. El Gobierno Civil publicó un comunicado en todos los periódicos alertando de los sucesos: "Se han registrado estos días en nuestra ciudad unos pequeños aunque desagradables incidentes que se dicen motivados por la última elevación de las tarifas de los servicios de la Compañía de Tranvías. Quiero advertir a los protagonistas de hechos tan inadmisibles, tan alejados ya de nuestras actuales formas ciudadanas, que estoy dispuesto a impedir su repetición y que he cursado órdenes categóricas y precisas para evitar que nadie, bajo ningún pretexto, altere un orden público mantenido invariablemente a lo largo de estos años". En aquél entonces el gobernador civil de Barcelona era el médico y político Eduardo Baeza Alegría (Zaragoza 1901 - 1981), cuyo cargo ostentó a partir de 1947. Su mala fama se acrecentó a raíz de los rumores acerca de su romance con la artista Carmen de Lirio y tras ordenar la destitución del subjefe provincial del Movimiento José Fernández Ramírez, lo cual le provocó la enemistad con ciertos sectores de la Falange.


El 1 de marzo comenzó la huelga de tranvías, denominación popular (y errónea) del boicot que los usuarios hicieron negándose a viajar en este medio de transporte. Únicamente entre el 0,3% y el 3% de la gente se atrevió a utilizarlos. Se cuenta que en una de las manifestaciones, a modo burlesco, los participes iban con un lirio en la mano y un botellín de Agua del Carmen en la otra haciendo clara referencia al supuesto romance del gobernador civil. Por parte de un sector de la Falange se intentó romper el boicot y fingir una normalización de la situación invitando a los afiliados falangistas que subieran a los tranvías a cambio de viajar gratis con solo exhibir el carnet del partido, pero la jugada salió mal ante la negativa de los mismísimos falangistas a prestarse al juego. El día 3 hubo torneo de fútbol entre el Barça (entonces C.F. Barcelona) y el Racing de Santander en el campo de Les Corts. Fue un día lluvioso, y aun así los aficionados culés prefirieron ser leales a la causa y se marcharon a pie del campo a sus casas a pesar de las inclemencias del tiempo.
En vistas de la situación, el día 5 del mismo mes el ministro de Obras Públicas mediante telegrama al gobernador civil de Barcelona autorizó la restitución de las antiguas tarifas, tomando como referencia los consejos dados por entidades económicas y sindicales (Cámara Oficial de Industria y Navegación, Cámara Oficial Sindical Agraria, Cámara Oficial de la Propiedad Urbana, Fomento del Trabajo Nacional, Instituto Agrícola Catalán de San Isidro y Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País) a Tranvías de Barcelona, la cual, a pesar de su desacuerdo por las posibles repercusiones económicas, finalmente aceptó.


El día 6 se restablecieron las tarifas anteriores al 19 de diciembre de 1950. El Ayuntamiento de Barcelona, a cambio, se encargaría de compensar la diferencia tarifaria durante treinta días, aunque la situación se alargó. Sin embargo, el boicot popular prosiguió y se extendió a las empresas de la ciudad y de los otros centros industriales de Cataluña, como Badalona, Mataró, Terrassa y Manresa, e incluso Euskadi y Navarra, paralizándose el trabajo y convirtiendo el boicot popular en una huelga general. El resultado fue la dimisión del alcalde (sustituido por Antonio María Simarro Puig), del gobernador civil de Barcelona (sustituido por Felipe Acedo Colunga), de los principales mandos de la Policía Nacional y del Delegado Provincial de Sindicatos. Desgraciadamente, el nuevo gobernador civil de Barcelona con la ayuda de la Guardia Civil reprimió los movimientos con duros enfrentamientos, especialmente los de la huelga general del día 12 en la que participaron unas 300.000 personas (medio millón según la prensa extranjera) y como consecuencia se produjeron varias detenciones, numerosos heridos y al menos entre 3 y 5 víctimas mortales. En aquél año el descenso de pasajeros respecto al año anterior fue del 5,2%. El evento, además de demostrar que la explotación de la clase trabajadora tenía sus límites, se convirtió en la acción popular más masiva, contundente y exitosa contra el franquismo desde la ocupación de 1939. Tal y como afirmó el escritor, historiador y anarcosindicalista Abel Paz (Diego Camacho Escámez), la huelga de tranvías constituyó el punto de arranque de unas nuevas formas de lucha en las que no tendrían cabida las tradicionales organizaciones obreras. A partir de 1952 el Pleno municipal aprobó la municipalización del transporte público, cuyo proceso culminaría en 1961 con el control directo de la gestión por parte del Ayuntamiento de Barcelona.


Fotos: Archivo Fundación Largo Caballero, Arxiu TMB, Carlos Pérez de Rozas, Nicanor Molina Doménech.

La segunda (y menos conocida) huelga de usuarios de tranvías del año 1957

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En el anterior artículo se hizo referencia a la llamada huelga de tranvías de 1951, en realidad un boicot popular de los barceloneses contra el aumento abusivo de las tarifas de este sistema de transporte. Sin embargo, seis años después se produjo otra acción de similares características, fruto del cansancio de las masas populares y reflejo de la situación política, social y económica que se estaba viviendo. A pesar del aperturismo del régimen tras la celebración del XXXV Congreso Eucarístico Internacional, la supresión de la cartilla de racionamiento, la mejora de la economía y el aumento de los salarios, los costes de la vida continuaban siendo elevados para una población obrera, incluso en parte por los comerciantes, pequeños propietarios, funcionarios y profesionales liberales a pesar de constituir un grupo mejor posicionado. Por poner un ejemplo, poco antes de Navidad se incrementaron los precios del pan, el petróleo, la carne y las patatas.
El 26 de diciembre de 1956 el Consejo de Ministros autorizó un nuevo incremento de las tarifas de los tranvías barceloneses. Recordando los sucesos de 1951 y ante el temor de que volvieran a repetirse, optaron por una campaña consistente en la difusión de una revista gratuita titulada "Los transportes urbanos en Europa" donde se analizaban y se comparaban las tarifas aplicadas en Barcelona con respecto a las de otras ciudades europeas para dar cuenta de que las de aquí eran más económicas. Poco después, los días 6 y 9 de enero de 1957 se publicaron unas gacetillas en la prensa justificando el aumento inevitable de las tarifas debido al requerimiento de efectuar grandes inversiones en la red, a los gastos de mantenimiento de la flota y las instalaciones, así como a la necesidad de mantener este sistema de transporte que resultaba menos costoso que el autobús y el trolebús.


Sin aviso previo por la prensa, a partir del mismo día 9 empezaron a regir los nuevos precios:
- Billete ordinario: 0,80 pesetas
- Billete reducido, dos viajes: 0,90 pesetas
- Billete reducido, cuatro viajes: 2 pesetas
- Billete nocturno o festivo: 1 peseta
Ello provocó nuevamente la indignación de las clases populares, aunque ésta vez no se trató de una reacción espontánea sino más bien planificada desde las fuerzas políticas antifranquistas clandestinas, especialmente desde el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), el Moviment Socialista de Catlunya (MSC) y el Partido Comunista de España (PCC). El carácter unitario de todas estas formaciones y otras que se sumaron a la causa sirvió para concienciar acerca de la necesidad de desgastar al régimen franquista y luchar por la democracia.
El día 14 empezó el boicot de usuarios contra los tranvías. Una vez más, la gran mayoría de los barceloneses optaron nuevamente por no viajar en los transportes públicos y trasladarse en coche o a pie. Los estudiantes de la Universidad de Barcelona desarrollaron un papel muy especial, pues de las facultades de Letras y de Medicina salieron a la calle numerosos alumnos gritando consignas, lanzando piedras contra los tranvías y otros vehículos, e incluso llegando a quemar retratos de Franco y José Antonio. No obstante, la policía actuó rápidamente para disolver el altercado llegando a detener a 17 estudiantes más otros 16 activistas.


En esa misma fecha la prensa barcelonesa publicó una nota de Tranvías de Barcelona defendiendo el aumento de tarifas. Básicamente culpaba de la mala situación económica el hecho de haber mantenido durante los últimos años los antiguos precios como consecuencia del boicot popular de 1951 y al aumento de los jornales, generando un déficit anual de 60 millones de pesetas. Por ello el Ayuntamiento de Barcelona subvencionaba anualmente con más de 40 millones de pesetas destinados el mantenimiento de los 5.000 empleados de la Compañía encargados de hacer circular a los 570 vehículos que recorrían diariamente 86.000 kilómetros.
El día 15 la prensa barcelonesa hizo un llamamiento para no participar en el boicot popular, apelando al civismo y recordando como era costumbre los altercados similares sucedidos durante los años treinta y sus consecuencias. El gobernador civil de Barcelona, Felipe Acedo Colunga, tachó el suceso de maniobra comunista e incluso exigió a los funcionarios municipales una medida absurda como que compraran el billete del tranvía aunque no viajaran. Mientras tanto, los estudiantes universitarios volvieron a la lucha lanzando piedras contra vehículos y autoridades, e incluso hicieron sonar la campana del edificio de la Universidad central.
El día 25 se dio por finalizado el boicot de usuarios contra los tranvías. Fueron 12 días de resistencia de los cuales los medios de comunicación apenas se pronunciaron salvo en los dos primeros días. La prensa, condicionada por el régimen, ofreció su particular visión de los hechos, demonizando a quienes participaron e intentando ofrecer una situación de normalidad. La movilización resultó especialmente dura por las fechas, pues aquél mes de enero fue muy frío y aun así los barceloneses resistieron estoicamente las adversidades climatológicas. Las pérdidas económicas de Tranvías de Barcelona ascendieron a unos 15 millones de pesetas.


Aunque la rebelión tuvo gran éxito en cuanto a movilización social se refiere, siendo su impacto menor que la del año 1951 y lamentablemente no logró provocar otra huelga general ni la reducción de las tarifas tranviarias. Tuvo el apoyo de intelectuales como Jaume Vicens Vives, Josep Benet, Maurici Serrahima, Edmon Vallès, Santiago Nadal, Salvador Millet, Ferran Giménez Artigues, Joan Raventós y Rafael Tasis, los cuales algunos de ellos participaron en el comité de huelga y redactaron los panfletos a repartir entre la gente. De todos ellos, Benet y Raventós se trasladaron a Madrid intentando promover un movimiento de protesta similar que no llegó a cuajar.
La huelga de usuarios de tranvías de 1957 fue la semilla de los movimientos estudiantiles desencadenados especialmente tras la detención de varios estudiantes y el cierre durante un mes de la Universidad central y su posterior apertura bajo severas y restrictivas condiciones. Ante la situación de represión el 18 de febrero de ese año los alumnos colgaron en un balcón del edificio de la Universidad unos muñecos ahorcados que representaban el vicerrector y el rector en funciones, y surgieron llamadas a no ir a clase. Estos sucesos fueron respondidos con continuas identificaciones y registros policiales por los patios del recinto universitario. Tres días después unos 800 estudiantes organizaron en el Paraninfo de la Universidad la que sería la primera Asamblea Libre de Estudiantes. De allá salió un manifiesto solicitando el retorno de la normalidad académica, la supresión de las trabas para la comunicación de los estudiantes, la retirada de la policía del edificio, la anulación de los expedientes académicos y la dimisión del ministro de Educación, el rector y el vicerrector.


Otra consecuencia fue la dimisión del alcalde de Barcelona Antonio María Simarro Puig. El 19 de marzo siguiente fue sustituido por José María de Porcioles Colomer, el cual culminó el proceso de municipalización de los transportes públicos barceloneses, extendió la red de metro y autobuses por la ciudad, suprimió los trolebuses y los tranvías e inició una nueva etapa de transformación y desarrollo de Barcelona.

Fotos: aboriginemag.com, blogs.sapiens.cat, hemeroteca La Vanguardia.

Os presento el nuevo libro "Història dels transports a Sant Andreu de Palomar"

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El pasado viernes día 12 del presente mes a las 19:30 h. tuvo lugar en la Societat Cultural i Esportiva La Lira, sita en el número 15 de la calle de Coroleu, en el barrio de Sant Andreu, la presentación al público del libro HISTÒRIA DELS TRANSPORTS A SANT ANDREU DE PALOMAR. Se trata de una nueva obra que acabo de escribir conjuntamente con el historiador Pau Vinyes i Roig, además de otros colaboradores puntuales.
El trabajo ha sido editado por Llop Roig, una editorial nacida en 1998, relanzada el año 2010 y que actualmente bajo la denominación de Llop Roig. Llibres i Cultura publica libros de historia local preferentemente en lengua catalana tanto relacionados con Sant Andreu de Palomar como con Cataluña. La financiación ha sido posible mediante micromecenazgo, recaudando la cifra de 4.000 euros, y ha tenido la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona y diversas asociaciones y entidades culturales y recreativas.
Mi amistad con Pau Vinyes i Roig viene de hace casi una década. Lo conocí a raíz de sus escritos sobre historia de Sant Andreu de Palomar, antiguo pueblo anexionado a Barcelona desde 1897 y del cual siempre ha mostrado gran apego y especial devoción hasta el punto de reivindicar el "anem a Barcelona". Mis primeros contactos con él fueron tras sus visitas al Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, entidad cultural sin ánimo de lucro donde hace casi 20 años que colaboro. Tras hacerse socio de la entidad, ha sido posible establecer más vínculos con el Centre d'Estudis Ignasi Iglésias y con otros historiadores de Sant Andreu. Junto a varios colaboradores, entre ellos el actual presidente del Arxiu, Jordi Sànchez i Ruiz, publicó el libro "Les masies de Sant Andreu de Palomar".


Hace un año me propuso una colaboración conjunta y hacer realidad un libro sobre la historia de los transportes del distrito de Sant Andreu. El motivo por los cuales quiso contar conmigo fue porque en el año 2010 había publicado el libro "Destinació: Nou Barris. Un viatge per la història dels transports de Nou Barris". Y es que en realidad buena parte del actual distrito de Nou Barris perteneció antaño a Sant Andreu, con lo cual se completaría toda la historia relativa a los transportes del antiguo pueblo de Sant Andreu de Palomar. Ante la propuesta no dudé y enseguida acepté el proyecto de buen grato. Desde entonces tuvimos varias reuniones en el mítico bar Versalles para planificar el trabajo. Acordamos cómo repartirnos los capítulos y que cada uno por su cuenta aportara las imágenes que ilustrarían el interior.
El resultado es un libro de 272 páginas y 200 fotografías estructurado en 28 capítulos repartidos en cuatro grandes bloques:
- Medios de transporte: carros tartanas y carruajes; ferrocarriles, tranvía de vapor, tranvías eléctricos, taxis, ómnibus, autobuses y trolebuses; metro, bicicletas; vehículos privados.
- Fábricas: talleres del Norte / RENFE-Meridiana; Hispano-Suiza / Pegaso-ENASA; La Maquinista terrestre y Marítima; Ricart-España; MYMSA; talleres mecánicos y garajes.
- Asociaciones relacionadas con los transportes: Els Tres Tombs, Moto Club Sant Andreu, Esport Ciclista Andreuenc, Penya Aeronàutica Sant Andreu, Penya Lambretta Sant Andreu, Associació d'Estudis Històrics de l'Automoció, Agrupament Ferroviari de Barcelona, Saint Andrew's Vintage Bikers y Vintage & Classic Car Club.
- Vías de comunicación: las principales vías de comunicación en Sant Andreu de Palomar, el carrer Gran, la Rambla, el paseo de Torras i Bages, la avenida Meridiana.


También incluye una presentación a cargo de Montserrat Benedí i Altés (vecina de Sant Andreu y regidora municipal), un prólogo a cargo de los dos autores, la bibliografía y un listado de agradecimientos, así como un resumen biográfico de Pau y un servidor. Otros colaboradores en la redacción de algún capítulo han sido César de la Cruz i Sala, herederos de MYMSA, Xavier Martín i Vilà y Joaquim Corral i Martí.
Dos días después de su presentación, el domingo día 14 se celebró una segunda presentación más íntima en el bar Versalles de Sant Andreu, especialmente pensada para aquellas personas (mecenas) que colaboraron económicamente en la financiación del libro. Tras los parlamentos se obsequió a los asistentes a un desayuno y a recibir unos ejemplares de manera gratuita firmados por los autores.
El libro, de lenguaje sencillo y al abasto del público en general, se vende a un precio de 20 euros y se podrá encontrar en las principales librerías del distrito de Sant Andreu. Además, para el próximo martes día 23 nos encontraréis firmando ejemplares del libro con motivo del Sant Jordi, Diada del Libro y de la Rosa. Próximamente detallaré acerca de los puntos de venta y de la parada donde firmaremos y tendréis la oportunidad de conocernos en persona. Para cualquier duda no dudéis en preguntar.

Per SANT JORDI compreu els meus llibres

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Un any més hem arribat al SANT JORDI, DIADA DEL LLIBRE I DE LA ROSA. I és per aquest motiu que vull promoure aquelles publicacions en les quals sóc l'autor o bé coautor.

Recentment us vaig parlar del llibre HISTÒRIA DELS TRANSPORTS A SANT ANDREU DE PALOMAR, escrit conjuntament amb l'historiador andreuenc Pau Vinyes i Roig. Editat per Llop Roig, el treball és un volum de 272 pàgines i 200 fotografies estructurat en 28 capítols repartits en quatre grans blocs: 1) Mitjans de transport: carros tartanes i carruatges; ferrocarrils, tramvia de vapor, tramvies elèctrics, taxis, òmnibus, autobusos i troleibusos; metre, bicicletes; vehicles privats; 2) Fàbriques: tallers del Nord / RENFE-Meridiana; Hispano-Suïssa / Pegaso-ENASA; La Maquinista terrestre i marítima; Ricart-Espanya; Mymsa; tallers mecànics i garatges; 3) Associacions relacionades amb els transports: Els Tres Tombs, Moto Club Sant Andreu, Esport Ciclista Andreuenc, Penya Aeronàutica Sant Andreu, Penya Lambretta Sant Andreu, Associació d'Estudis Històrics de l'Automoció, Agrupament Ferroviari de Barcelona, Sant Andrew 's Vintage Bikers i vintage & Classic Car Club; i 4) Vies de comunicació: les principals vies de comunicació a Sant Andreu de Palomar, el carrer Gran, la Rambla, el passeig de Torras i Bages, l'avinguda Meridiana. També inclou una presentació a càrrec de Montserrat Benedí i Altés (veïna de Sant Andreu i regidora municipal), un pròleg a càrrec dels dos autors, la bibliografia i un llistat d'agraïments, així com un resum biogràfic de Pau i un servidor. Altres col·laboradors en la redacció d'algun capítol han estat César de la Creu i Sala, hereus de Mymsa, Xavier Martín i Vilà i Joaquim Corral i Martí.


Un altre treball personal, del 2017, integrat a la col·lecció "Els monogràfics de l'Arxiu" de l'Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris és L'AIGUA A NOU BARRIS: INFRAESTRUCTURA I PATRIMONI, dedicat a explicar la història de l'abastiment d'aigua a Barcelona des de les infraestructures que transcorren per l'actual districte de Nou Barris, i que ara esdevenen patrimoni. Aquí explico aquells elements creats per l'acció humana, com són el Rec Comtal, els aqüeductes i les Cases de l'Aigua. El present treball, apte per a tot el públic en general, de caràcter divulgatiu i escrit amb un llenguatge senzill i amè, pretén fer un resum de la història de l'aigua a Barcelona i el paper del territori de l'actual Nou Barris, que ajudi a tenir una idea bàsica del què ha estat i és, alhora que es vol conscienciar i sensibilitzar sobre la importància de conservar per al futur els elements patrimonials del passat que ens han arribat al present.


Amb un gran èxit de vendes encara podeu trobar exemplars d'ASÍ ERA NOU BARRIS, editat el 2014 per Temporae. Mitjançant una selecció de 250 imatges procedents de l'extens fons fotogràfic de l'Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, s'aborda la història de Nou Barris des dels seus orígens fins al seu reconeixement oficial com a districte de Barcelona. El passat rural, les primeres urbanitzacions, la Segona República i la Guerra Civil, els anys de la postguerra, el creixement urbà i de població durant el "desarrollismo", l'encunyació del terme «9 Barris» i les llargues lluites veïnals són els grans episodis que vertebren aquesta publicació. En les seves pàgines, els lectors trobaran les respostes sobre la configuració d'aquest districte, avui format per tretze barris, que va patir com pocs l'especulació urbanística, però que va aconseguir millorar gràcies a la fèrria lluita dels seus habitants. Gràcies a aquestes imatges entranyables, singulars i inèdites, a partir d'ara ningú no posarà en dubte que Nou Barris és un territori amb molta història.


Similar a l'anterior, també editat al mateix any, però més extens i detallat és L'ABANS BARCELONA NOU BARRIS. RECULL GRÀFIC (1980-1984). Escrit conjuntament amb la Marta Grau i Serrat i el Jordi Sànchez i Ruiz, de l'Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, és un treball de 824 pàgines i 1.000 fotografies aconseguides per mitjà de cedents que, desinteressadament, van voler participar en aquest magnífic projecte. Combina textos explicatius amb espectaculars imatges amb peus de foto descriptius. Els capítols no són cronològics sinó temàtics, i en tots s'inclou una àmplia introducció: urbanisme, transports, festes i tradicions, sectors econòmics, institucions, educació i esports. Les fotos acaparen des del 1890 (la més antiga trobada fins el moment) fins al 1984 (any en què l'Ajuntament de Barcelona va crear el districte de Nou Barris). Per tant, es recull la història de Nou Barris abans de ser oficialment Nou Barris. Obra de referència per a tothom redactada sota rigorosa investigació històrica i supervisada per persones expertes. Qui adquireixi aquest volum descobrirà que Nou Barris sí que té història i que aquesta no és la que fins ara es coneixia.


Un llibre molt personal dedicat a la meva mare i als meus avantpassats de Montjuïc, i encara actual, és l'obra FUNICULARS I TELEFÈRICS DE MONTJUÏC, editat el 2012 per Viena Edicions. Testimoni mut de la història de la ciutat des dels seus inicis, al llarg del segle XX Montjuïc es va convertir en una porta d’accés a la modernització de Barcelona. Des del seu primer funicular, inaugurat arran de l’Exposició Internacional del 1929, fins als moderns mitjans que s’hi van implantar amb motiu dels Jocs Olímpics del 1992, els sistemes de transport per cable han tingut sempre un paper protagonista en la transformació de la muntanya i, de retruc, de la ciutat. Aquesta obra explica i il•lustra la història del funicular, el transbordador aeri i el telefèric de Montjuïc des dels seus inicis fins als nostres dies. Gràcies a la introducció i a l’evolució d’aquests mitjans de transport tant la societat barcelonina com els visitants de la ciutat han pogut conquerir cada vegada amb més facilitat el cim de Montjuïc i fer-se seva aquesta muntanya emblemàtica.

Teniu diversos títols a escollir. No ho dubteu, per aquest Sant Jordi, compreu els meus llibres. Que gaudiu d'una bona diada en companyia de la vostra gent estimada.

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (I): cambios y permanencias

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Al finalizar este mes de abril y coincidiendo con una época electoral merece recordar que se cumplen 40 años de ayuntamientos democráticos. Han sido cuatro décadas en las cuales se han producido grandes transformaciones políticas, sociales, económicas y urbanísticas. Tras el final del franquismo, fue un 3 de abril de 1979 cuando se celebraron las primeras elecciones municipales democráticas destinadas a decidir quién ostentaría a partir del día 19 siguiente el cargo de alcalde, es decir, de una alcaldía decidida por los habitantes del municipio y no a dedo por el jefe de Estado.
En líneas generales, la mayoría de opiniones coinciden en que han mejorado las relaciones entre la administración municipal y sus habitantes, a pesar de ser imperfectas y mejorables. Ha habido un acercamiento para dar voz a las gentes anónimas brindándoles la oportunidad de expresar sus quejas, sus dudas y sus inquietudes, así como la posibilidad de que puedan ofrecer soluciones de manera individual o colectiva destinadas a mejorar la calidad de vida de unos barrios cuya transformación es permanente y constante. Las asociaciones y entidades vecinales son un claro reflejo de la participación comunitaria en un propósito de intentar construir la llamada democracia participativa, de la que algunos ven como un fenómeno real y otros creen más bien aparente e inexistente. Pero a pesar de los defectos, es incontestable que Barcelona nunca había tenido tantas asociaciones vecinales, artísticas, culturales, religiosas y políticas como en democracia, reflejo de una gran pluralidad.


Otro aspecto a destacar es el avance de la inclusividad social. Las mujeres, el colectivo LGTBI, las personas con discapacidades físicas y psíquicas y el colectivo inmigrante ha mejorado su largo camino hacia la igualdad, teniendo cada vez más capacidad de voz y voto, desempeñando un papel destacado en la construcción de Barcelona. En este sentido la ciudad se ha ido adaptando mejorado la accesibilidad, teniendo en cuenta el criterio de género y programando actividades de diversa índole destinada a la participación.
Una diferencia entre la administración franquista y la democrática ha sido la descentralización. Aunque siempre han existido distritos y regidurías, ahora disponen de mayores competencias de modo que cada distrito funciona como un municipio independiente, las regidurías como pequeños ayuntamientos y los regidores como alcaldes territoriales. Ello ha permitido evitar aglomeraciones en la Casa Gran de la plaza de Sant Jaume y ha facilitado el acercamiento de la administración a los vecinos y vecinas, evitando largos desplazamientos.
Y obviamente se han normalizado, en mayor o menor medida, los valores democráticos que deben regir el funcionamiento de la ciudad: honestidad, solidaridad, responsabilidad, pluralismo, libertad, justicia social, tolerancia, igualdad, respeto, bien común, legalidad, justicia y participación.


Efectivamente, en 40 años se han sucedido muchos acontecimientos. Sin embargo, durante esta etapa de ayuntamiento democrático ¿realmente han cambiado tanto las cosas? Centrándonos en el caso de Barcelona resulta obvio que la ciudad actual de principios del siglo XXI con respecto a la de finales de la Transición es muy diferente, pero ello es fruto de la evolución inexorable, inevitable e imparable del territorio porque nada permanece para siempre, si bien el ritmo de transformación puede ser más acelerado o más lento en función de la prosperidad económica y de la eficiencia de la gestión municipal. ¿Es la Barcelona democrática un producto social construido por voluntad de sus vecinos y vecinas o continúan predominando las decisiones tomadas en los despachos de los mandatarios? Hay aspectos que bajo el paraguas de un sistema de derecho no han cambiado, incluso son anteriores al franquismo y merecen ser enunciados.
En primer lugar, perduran los desequilibrios sociales cuyo reflejo es la brecha existente entre ricos y pobres. La presencia de clases sociales es algo común en todas las ciudades, si bien el objetivo es reducir las diferencias entre los extremos para garantizar un mejor nivel y calidad de vida que ayude a todo el mundo a alcanzar los mismos derechos y oportunidades. Sin embargo, continúa siendo un problema pendiente de resolver, muy probablemente debido a una inversión insuficiente en políticas sociales.


En segundo lugar, Barcelona se percibe como una ciudad masificada, en tanto que hay demasiada gente y pocos servicios, un fenómeno erróneamente atribuido desde hace algunos años al auge del turismo. No es tanto un problema de superpoblación sino la falta de un ajuste más equilibrado entre oferta y demanda. Es habitual, por poner algunos ejemplos, acudir a la administración y que de siete mesas de atención al público solo funcionen tres, que de dos o tres cajeros automáticos de un banco solo uno de ellos esté operativo ocasionando largas colas de gente, que los servicios de transporte a menudo presenten escasas frecuencias de paso ocasionando aglomeraciones de pasajeros sobretodo domingos y festivos, o querer disfrutar del ocio yendo al cine o  un restaurante y que al llegar ya no haya sitio disponible. ¿Por qué Barcelona con solo 1.700.000 habitantes presenta estos inconvenientes mientras que Nueva York con 15.000.000 de habitantes se tiene facilidad de acceder a todos los servicios sin tener sensación de aglomeración? ¿Por qué esta problemática ningún alcalde ha sido capaz de resolverla?
En tercer lugar, se ha continuado aplicando el modelo urbanístico heredado del Plan Comarcal de 1953. Efectivamente, las obras urbanas de estos últimos 66 años han sido en realidad una continuación y finalización de los que previamente ya se habían diseñado, si bien se han adaptado a los valores democráticos y bajo un modelo de ciudad más amable y sostenible.


Y ello no es de extrañar: el alcalde José María de Porcioles tuvo como equipo de trabajo a personajes destacados como Pasqual Maragall, Narcís Serra, Oriol Bohigas o Miquel Roca, entre otros. De allí surgió el Plan Barcelona 2000, el referente a partir del cual se diseñó el urbanismo del futuro. La Vila Olímpica (Plan de la Ribera), el Anillo Olímpico, las rondas, la apertura de la avenida Diagonal hasta el Besòs, la rambla de Prim, la cobertura de las vías ferroviarias en la Sagrera, la programación de los usos del suelo... ya estaban definidos mucho antes de que Barcelona fuese proclamada sede olímpica. Mucho se ha criticado al porciolismo pero no nos engañemos, en realidad todavía no ha sido superado. Y eso no es todo, pues el Plan General Metropolitano de 1976 continúa vigente en pleno 2019 y se sigue aplicando.
En cuarto lugar, la especulación urbanística e inmobiliaria no ha cesado. El sector de la construcción ha sido uno de los sectores hegemónicos de la ciudad. Se criticó durante el desarrollismo de no haber tenido suficiente sensibilidad con determinados edificios históricos o de estilo modernista, pero bajo la democracia también se han cometido muchas barbaridades. Obsérvese la situación de la mayoría de núcleos antiguos de Barcelona, especialmente la destrucción masiva acaecida en el barrio del Raval, antaño Barrio Chino, borrando de un plumazo buena parte de su vieja personalidad y llevando siglos de historia a un montón de ruinas. Tanto en democracia como en dictadura los grandes proyectos urbanísticos que han otorgado "espectacularidad" y prestigio a la imagen de la ciudad siempre han servido para enriquecer a sus promotores. Basta observar los casos de corrupción destapados alrededor de muchas obras públicas en Barcelona.


En quinto lugar, a pesar de la modernización de la burocracia, ésta sigue siendo lenta y compleja. A pesar de haberse desmontado la vieja estructura franquista y mejorado la accesibilidad tanto a un mayor volumen de información como a los servicios ofrecidos para la ciudadanía, todavía se advierte una administración municipal masificada, a menudo con largos tiempos de espera hasta llegar a ser atendido, lenta en tiempo de resolución de los trámites, y compleja por los requisitos y la cantidad de papeleo necesario. Se echa en falta más rapidez y mayor flexibilidad a pesar de las mejoras.
Y en sexto lugar, se ha mantenido la filosofía de crecimiento a costa de grades eventos internacionales. Ello es algo que viene de antiguo, desde 1888 a raíz de la Exposición Universal que dio paso a la modernidad de Barcelona y su colocación en el mundo. Otros eventos como la Exposición Internacional de 1929, los Juegos Olímpicos de 1992 y el Forum Universal de las Culturas de 2004 también sirvieron de excusa para atraer grandes inversiones destinadas a ejecutar grandes proyectos de ciudad que ayudaran a impulsarla.
Una valoración global de los alcaldes de Barcelona de la democracia (Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos, Jordi Hereu, Xavier Trias y Ada Colau) serán objeto de análisis y crítica en un próximo artículo.

Fotos: Arxiu Ajuntament de Barcelona, Archivo La Vanguardia, Arxiu U.A.B., Pérez de Rozas.

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (II). Los alcaldes de la ciudad: Narcís Serra (1979-1982)

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Tras una visión general y personal sobre lo que han significado cuatro décadas de democracia municipal, merece la pena hacer un breve repaso de la obra de gobierno de los alcaldes que han regido Barcelona desde 1979 hasta la actualidad. El primer alcalde elegido democráticamente fue Narcís Serra i Serra, en las elecciones municipales celebradas el 10 de abril de 1979. En líneas generales, su mandato se orientó en una renovación urbanística moderada y amable cercana a la ciudadanía y alejada de la fuerte especulación inmobiliaria sufrida en años anteriores. Consciente de que los tiempos habían cambiado, Serra supo que bajo un sistema democrático la sociedad barcelonesa demandaría importantes cambios demandados desde hacía mucho tiempo. El hecho de que las entidades vecinales tenían cada vez más fuerza obligaba a descartar proyectos construidos a la espalda ciudadana y escuchar la voz de la calle, atendiendo sus peticiones porque de ello dependía principalmente la popularidad de la figura de un alcalde democrático. Sin embargo, paralelamente a la necesidad de atender las viejas reivindicaciones sociales, Serra supo que hacer realidad una transformación de la ciudad se necesitaba una fuerte inyección de capital económico que permitiese a Barcelona catapultarse como una urbe a la altura de las ciudades medias europeas. Por un lado, abogó por la redacción de la nueva Carta Municipal adecuada a una nueva ordenación jurídica. Y por otro, creyó imprescindible la celebración de un evento importante que sirviera de incentivo para esta renovación consciente de la necesidad de dar a la ciudad una mayor y mejor proyección nacional e internacional. Así, fue el primero en proponer, de común acuerdo con Joan Antoni Samaranch, la candidatura de Barcelona como sede de los XXV Juegos Olímpicos a celebrar en el año 1992.


Las actuaciones consideradas de urgencia se centraron en las áreas de servicios sociales y personales compatibles con unas cuentas municipales austeras, como el establecimiento de una política sanitaria de proximidad y la creación de zonas verdes e instalaciones deportivas, entre otras cosas. Para materializarlo durante los próximos años, primero se tuvo que reformar y mejorar la administración pública, con la elaboración de un plan de austeridad y el saneamiento de las finanzas municipales. Ello supuso obrar con unos bajos costes destinados a paliar en parte el abandono de determinadas áreas de la ciudad. Otro objetivo de Serra fue establecer una conexión económica entre Barcelona y los municipios que formaban parte de su área metropolitana.
Tres años de mandato municipal fueron muy pocos para poder demostrar realmente una buena capacidad de gestión. Eran tiempos difíciles más bien encaminados a reparar daños y a colocar las cosas en su sitio que no precisamente realizar grandes actuaciones, si bien se lograron hacer algunas cosas. Su alcaldía se convirtió en un puente entre el aperturismo de la Transición y el despegue dado por su sucesor, Pasqual Maragall. Como economista de formación, se dedicó más bien a liderar la falta de capacidad financiera municipal que a la inauguración de nuevos espacios, como consecuencia de las circunstancias que obligaron primero a una atención del problema económico para luego resolver el social. Sin embargo, plantó las bases del futuro desarrollo de Barcelona que tendría su máximo apogeo con la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992.


En su efímero mandato se hicieron algunas actuaciones destacadas en materia de apertura de plazas y zonas verdes allá donde tenían que ir densos bloques de pisos, algunas mejoras en la red de transporte y la instalación de nuevos equipamientos culturales de gestión municipal en barrios populares. Además de las obras indicadas a continuación, se pusieron en marcha otros equipamientos culturales como los nuevos teatros Regina y Llantiol y espacios lúdicos como el Gran Cafè, la primera champañería de España y el Up & Down, pero al tratarse de iniciativas privadas paralelas no se incluyeron como actuaciones municipales inauguradas por el alcalde.
Durante el año 1979 las principales actuaciones fueron la inauguración de la nueva plaza de la Fundició, en el barrio del Clot; la celebración de la primera cursa atlética de las fiestas de la Mercè; la nueva depuradora del río Besòs; la entrada en servicio de la nueva estación central ferroviaria de Sants; el cambio de nombre de 59 calles que tenían toponimia franquista; la apertura del centro social Erasme de Janer; y el nacimiento en el barrio del Poble Sec de la primera escuela municipal de iniciación deportiva.
En 1980 se celebró el primer carnaval autorizado en Barcelona después de 40 años, se restauraron los Jocs Florals, se instalaron las primeras plantas de energía solar en el barrio de Vallbona y en las piscinas Picornell, y se inauguró el nuevo Museu de la Ciència.


En 1981 se hizo difusión del Full Municipal, se recuperó para el baño público la playa de la Mar Bella del Poblenou; se inauguró la escuela Alexandre Galí en el barrio de la Barceloneta, la nueva plaza de Gaudí en el Eixample, el nuevo polideportivo en el barrio de Can Caralleu; y se instalaron los primeros contenedores para el reciclaje del vidrio.
Y en 1982 se procedió a la ampliación del museo Picasso, la apertura del parque de Les Heures en la Vall d’Hebron, se prolongó la L4 de metro en los tramos "Guinardó-Roquetes" y "Selva de Mar-La Pau"; se abrieron los nuevos jardines de Emili Vendrell, se inauguró el primer centro cívico del Guinardó, se inició la campaña de rehabilitación de fachadas de edificios, se inauguraron los nuevos jardines de Sant Salvador y la nueva plaza de la Trilla en el barrio de Gràcia, se inauguró la plaza de Navas en el barrio del Poble Sec y la plaza de Mossèn Clapés en el barrio de Sant Andreu; y se inauguraron nuevos centros cívicos en los barrios de Hostafrancs, la Sagrera y Sant Andreu.
Narcís Serra, tras ser designado como ministro de Defensa por el entonces presidente del gobierno Felipe González, dejó la alcaldía, dimitiendo el 1 de diciembre de 1982 y dando paso a su sucesor, Pasqual Maragall, del cual hablaré en el próximo artículo.


Fotos: AMDE (Fons Ajuntament de Barcelona), González (El Mundo Deportivo), Joan Comalat (INSPAI), Pérez de Rozas (AFB), Sant Joan de Déu Serveis Socials Barcelona (Creu de Molers).

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (III). Los alcaldes de la ciudad: Pasqual Maragall (1982-1997)

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En sustitución de Narcís Serra, el segundo alcalde de Barcelona de este periodo democrático fue Pasqual Maragall i Mira, nombrado en un acto oficial el 2 de diciembre de 1982. Una vez se asentaron las bases del programa socialista por parte de su antecesor, en los años sucesivos quien fue nieto del ilustre poeta Joan Maragall i Gorina desarrolló un largo proceso de profunda rehabilitación de la ciudad que era necesaria para evitar su degradación. El objetivo era ponerla al día de la vida democrática y elevarla en calidad a la altura de las grandes ciudades europeas. Pero para ello era necesario disponer de un gran capital económico mediante la celebración de algún evento importante que sirviera para la proyección nacional e internacional de la capital catalana. Así se inició la recuperación de Barcelona en dos etapas: la preolímpica y la olímpica. La primera etapa de su mandato acaparó de 1982 hasta 1986, es decir, desde la toma de posesión de Maragall como alcalde hasta el año en que la ciudad fue designada como sede para la celebración de los XXV Juegos Olímpicos de la historia. Este cuadrienio se caracterizó por la drástica reducción de la especulación inmobiliaria y la progresiva recuperación del espacio urbano para la ciudadanía con el objetivo de hacer de la ciudad un lugar amable para poder pasear y disfrutar.


Intentó así que la percepción de una ciudad gris e inhabitable diese paso al de una ciudad verde y habitable. La inauguración de diversas plazas y jardines contribuyó a ese anhelado cambio de mentalidad, conseguido sobre todo gracias a la liberación de espacios donde se inicialmente se preveía la edificación de grandes bloques de pisos. Su estrategia se basó en ofrecer la imagen de proximidad al ciudadano, capaz de escuchar y ejecutar las demandas, y la de un alcalde que hacía de Barcelona un lugar para poder vivir. De este modo muchas reivindicaciones vecinales pudieron cumplirse tras muchos años de luchas y el resultado se tradujo en un notable incremento de los equipamientos sociales tales como escuelas, bibliotecas, casales de barrio, polideportivos y ambulatorios. La periferia obrera inició aquella deseada transformación integrando los barrios con el resto de la ciudad, mejorando notablemente la calidad de vida de sus habitantes. En cuanto a los cascos antiguos de los municipios anexionados, estos empezaron un proceso de remodelación reduciendo su envejecimiento y densificación. La red de transporte público inició una mejora con la incorporación de nuevos autobuses y la reestructuración de diversas líneas para racionalizar la red, y especialmente con la prolongación de la red de metro hasta las ciudades de Santa Coloma de Gramenet y Badalona y por el interior de L’Hospitalet de Llobregat y Cornellà, y también desde la plaza de Lesseps hasta el barrio de Montbau.


La segunda etapa abarcó de 1987 a 1992, es decir, desde la designación de Barcelona como sede olímpica hasta la celebración de este histórico evento. Los numerosos proyectos de reforma de la ciudad, diseñados años atrás y presentados para la candidatura de la capital catalana, empezaron a ejecutarse con celeridad, algunos de ellos a contrarreloj, de modo que durante este quinquenio fue muy característica la imagen de una Barcelona plagada de obras públicas, grúas y zanjas abiertas, hasta el punto de que escritores como Eduardo Mendoza lo caricaturizaron en su libro “Sin noticias de Gurb”. A pesar del gran engorro que supusieron estas obras por su prolongada duración y por los grandes cortes de tráfico, una vez finalizadas el resultado obtenido fue muy gratificante. Se renovaron colectores, redes de iluminación y alcantarillado; se renovó el sistema de limpieza y de recogida de basuras; se ampliaron aceras convirtiendo densas avenidas de coches en bulevares para peatones; se crearon ramblas como nuevos paseos ciudadanos allí donde se preveían vías rápidas; se peatonalizaron calles, especialmente en núcleos antiguos; se terminaron de construir los cinturones de ronda como vías rápidas de acceso a Barcelona; y se abrieron calles nuevas con miras a nueva reordenación morfológica de la ciudad. Con el propósito de dinamizar económicamente todos los barrios y evitar un modelo centralizado, se crearon las llamadas áreas de nueva centralidad destinadas a descongestionar el centro histórico y de servicios y a convertirse en nuevos motores de desarrollo. Los Juegos Olímpicos sirvieron de incentivo para promover el deporte, inaugurándose diversos equipamientos deportivos y habilitando espacios para su práctica.


Importante y destacada fue la campaña “Barcelona, posa’t guapa” iniciada en 1987 y que contribuyó a la rehabilitación de numerosos edificios y monumentos históricos en tanto su recuperación como patrimonio histórico de la ciudad. Fueron años de revalorización histórico-arquitectónica que evitaron el derribo de edificios artísticos recuperados para usos sociales o turísticos. Especialmente la arquitectura modernista de l’Eixample fue motivo de reivindicación gracias a la campaña “Quadrat d’Or” que contribuyó a redescubrir diversos tesoros de la arquitectura barcelonesa. En el mismo año 1987 entró en servicio el Bus Turístic, dentro de un proceso imparable y acelerado del crecimiento del turismo que sirvió para impulsar una red de museos, la construcción de numerosos hoteles, dar a conocer los barrios históricos, abrir nuevamente Barcelona al mar y especialmente la proyección de la figura y la obra del arquitecto Antoni Gaudí.
Los Juegos Olímpicos abrieron Barcelona al mundo y a dieron a conocer la ciudad más allá de nuestras fronteras locales. La capital catalana inició una etapa de prestigio y cosmopolitismo, convirtiendo el turismo en uno de los principales motores económicos. Barcelona se había recuperado para la ciudadanía, de modo que los barceloneses por fin se sentían orgullosos de pertenecer a la capital catalana y disfrutaban de su propia ciudad. Como consecuencia de este gran evento mundial, las obras más destacadas fueron la Vila Olímpica en Poblenou, l’Anella Olímpica de la montaña de Montjuïc, el área olimpica de la Vall d’Hebron, la recuperación de las playas y los cinturones de ronda.


Entre los años 1993 y 1997, el mandato de Maragall, lejos de proyectar grandes eventos, se limitó a terminar aquellas obras que quedaron pendientes de ser finalizadas a tiempo para 1992 debido a que no eran tan prioritarias, pero igualmente en la misma línea de recuperar Barcelona. Se fomentó la llamada “ciudad del diseño” y proliferaron numerosos locales de diseño destinados al ocio barcelonés y al turismo. En el ámbito cultural, se diversificó la oferta cultural y los barrios del Poblenou y del Raval se promovieron como lugares para la instalación de nuevos artistas emergentes.
Pasqual Maragall, del cual, a modo de curiosidad, merece comentar que en 1979 se había negado rotundamente a ser alcalde de Barcelona, fue elegido en dicho cargo en las elecciones municipales de 1983, 1987, 1991 y 1995. Hacía muchos años que en Barcelona no había un alcalde tan popular y bien valorado como éste a pesar de algunas críticas que recibió su concepción de la ciudad. A título personal, el mejor alcalde de Barcelona de todo el siglo XX y, junto a Francesc de Paula Rius i Taulet y Darius Rumeu Freixa (Baró de Viver), uno de los tres mejores de la historia contemporánea de la ciudad. Ello ha sido posible tras haber dejado una huella imborrable, pues el llamado "maragallismo" ha sido objeto de imitación por parte de otros alcaldables, incluso de diferentes partidos políticos. Ello no exime de poder ofrecer algunas críticas, pues ningún político ejecuta un mandato perfecto.


De Maragall se podría criticar el encarecimiento general de la ciudad, la expulsión de población local como consecuencia de lo anterior, la escasa construcción de vivienda social, la destrucción de una parte del patrimonio histórico y arquitectónico del casco antiguo, la pérdida de los entrañables chiringuitos de la Barceloneta y la eliminación de la llamada "Barcelona canalla" setentera y ochentera. Tras quince años en la Casa Gran, el 26 de septiembre de 1997 cedió la alcaldía de Barcelona a su teniente de alcalde Joan Clos i Matheu, Su última propuesta al marchar del Consistorio fue la de proponer una nueva Exposición Internacional, que al final derivaría en el Fòrum Universal de les Cultures 2004.

Fotos: Ajuntament de Barcelona, Archivo El Periódico, Arxiu Municipal Contemporani de Barcelona, Fundació Campalans, Fundació Pasqual Maragall, Pilar Aymerich.

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (IV). Los alcaldes de la ciudad: Joan Clos (1997-2006)

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Consciente del final de una etapa y con el propósito de abandonar el Ayuntamiento por la puerta grande y ser recordado en la posteridad como el gran “alcalde olímpico”, el 26 de septiembre de 1997 Pasqual Maragall cedió la alcaldía a su teniente de alcalde, Joan Clos i Matheu, que se erigió como nuevo “Batlle” de la “Casa Gran”.
Su mandato en el bienio de 1997 a 1999 fue el mejor gracias a la ejecución de una serie de actuaciones urbanísticas muy cercanas a la ciudadanía y encaminadas a mejorar la calidad de vida de los barrios populares, especialmente en el distrito de Nou Barris. El barrio del Raval se sometió a un proceso de remodelación y esponjamiento con la rehabilitación de edificios antiguos, el derribo y construcción de nuevas viviendas, la construcción y concentración de equipamientos culturales y la apertura de la rambla del Raval. Sin embargo, esta regeneración urbana no quedó exenta de polémica debido a la pérdida de identidad, de espacios históricos y de patrimonio arquitectónico. Igualmente, sectores concretos de otros barrios del distrito de Ciutat Vella perecieron ante las excavadoras y la especulación. En el distrito de Nou Barris se transformaron en bulevares los paseos de Fabra i Puig, Doctor Pi i Molist, Verdum y Valldaura, viéndose fomentados como grandes ejes comerciales. La plaza del Virrei Amat dobló su superficie y se estrenó el nuevo parque Central de Nou Barris. La avenida Meridiana, entre el paseo de Fabra i Puig y la calle de València amplió sus aceras para convertirse en bulevar y se abrió la avenida Diagonal por completo, desde la plaza de les Glòries hasta el Besòs.


En materia de transporte público se completó al apertura de la nueva L2 de metro desde Paral·lel hasta La Pau, la L4 llegó hasta la Trinitat Nova y se procedió a reestructurar diversas líneas de autobús para racionalizar la red y ampliar la cobertura territorial. Y en otros barrios populares y de la periferia barcelonesa, especialmente en núcleos históricos se continuó con el proceso de ampliación de aceras, peatonalización de calles, pacificación del tráfico y rehabilitación de fachadas de edificios. A nivel económico, el turismo fue año tras año adquiriendo más fuerza, lo que originó un notable y progresivo aumento de visitantes tanto nacionales como extranjeros, repercutiendo en un importante beneficio económico para Barcelona. En definitiva, buena parte de las actuaciones llevadas a cabo satisficieron a la sociedad barcelonesa y supuso para Joan Clos obtener la mayoría absoluta en las elecciones municipales de 1999.
El mandato de 1999 a 2003, a diferencia del anterior bienio, supuso un importante descenso de su popularidad como alcalde de Barcelona por el radical cambio de orientación de su gestión, especialmente centrada en grandes macroproyectos económicos y empresariales de muy poco o nulo carácter social. Imitando a su predecesor Pasqual Maragall, intentó repetir la fórmula de organizar un evento internacional que inyectara una importante dotación económica para el desarrollo de grandes obras urbanísticas. Descartada la posibilidad de celebrar una Exposición Internacional, Clos optó por la creación del llamado Fòrum Universal de les Cultures, un evento trienal destinado a promover la cultura de la paz, el desarrollo sostenible y la diversidad cultural.


Ello conllevó a la transformación de la zona del Besòs y de la fachada marítima entre la Vila Olímpica y Sant Adrià de Besòs, con la construcción de nuevas viviendas, hoteles, zonas verdes, edificios de oficinas y una gran superficie comercial. Paralelamente, el barrio del Poblenou inició un profundo proceso de transformación urbana con la remodelación y apertura de calles hasta entonces cortadas por viejas fábricas de antaño, la construcción de viviendas y oficinas y la rehabilitación de antiguas fábricas como patrimonio histórico destinadas a nuevos usos sociales y empresariales. Este proyecto se denominó 22@BCN y estaba destinado a hacer del Poblenou un barrio empresarial destinado al desarrollo de nuevas tecnologías.
Todos estos proyectos urbanísticos fueron muy criticados por parte de diversas asociaciones y entidades vecinales por impopulares. La zona del Fòrum fue considerada una excusa para generar una gran macroespeculación urbanística e inmobiliaria con grandes viviendas de lujo que rompía completamente con el popular PERI de 1989. El proyecto del 22@BCN en Poblenou se percibió como una remodelación que llevó a la expulsión de antiguos vecinos y a la escasez de equipamientos sociales en favor de la instalación de grandes empresas y viviendas a precios inasequibles para muchos bolsillos. Además, a pesar de la catalogación de diversos edificios fabriles con mucha historia, se perdió la gran oportunidad de materializar un museo de la industria tras el derribo de algunas y la expoliación y desaparición de numerosos ejemplos de maquinaria antigua, a menudo piezas únicas e irrepetibles.


La anterior gestión le supuso un voto de castigo y una fuerte crítica de los partidos de la oposición, si bien ganó nuevamente las elecciones municipales del 25 de mayo de 2003 aunque con mayoría simple. La renovación de su mandato significó una continuidad de una gestión encaminada a grandes proyectos de carácter poco popular, a pesar de sus promesas de hacer una labor de carácter más social y cercana a la ciudadanía. Al proceso de configuración del distrito 22@BCN en Poblenou habría que añadir las obras de ampliación del puerto de Barcelona y del aeropuerto, la ampliación de la Fira de Barcelona, la remodelación de la montaña de Montjuïc y el proyecto de urbanización de la zona de la Sagrera con la construcción de una gran estación ferroviaria y la llegada del tren de alta velocidad. Entre el 8 de mayo y el 26 de septiembre de 2004 se celebró sobre unos terrenos ganados al mar el Fòrum Universal de les Cultures, de cuyo éxito del certamen siempre se ha discrepado llegando a generar mucha controversia política y social. A nivel de infraestructuras, se inauguró la nueva L11 de metro, la L3 llegó hasta Canyelles, se reintrodujo nuevamente la red de tranvías con las líneas del Trambaix y del Trabesòs y se implantó como servicio de proximidad en barrios de difícil accesibilidad el llamado “Bus del Barri” de pequeñas dimensiones.
El aumento del incivismo y la inseguridad en Barcelona lo llevó a aprobar una ordenanza cívica para intentar paliar los problemas relacionados con la prostitución, la venta ambulante, el vandalismo y las actitudes incívicas. A efectos prácticos, su aplicación fue poco efectiva, además de tener la oposición de algunas formaciones políticas (unos por excesiva y otros por insuficiente) y de determinados colectivos.


Un año antes de las elecciones municipales, tras el fuerte desgaste del alcalde y ante la apuesta por parte del PSC de efectuar una renovación generacional, se planteó la sustitución de Clos. Tras ser nombrado por parte del presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero como nuevo ministro de Industria, Comercio y Turismo, dimitió de alcalde de Barcelona, siendo oficialmente sustituido el 8 de septiembre de 2006 por Jordi Hereu.

Fotos: Carles Ribas (El País),  JAE (informativos.net), Maite Cruz (El Periódico), Marcel·lí Sáenz (El País).

Érase una vez Barcelona... ¿y mañana?

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Con motivo de las recientes elecciones municipales celebradas el pasado domingo día 26 permítanme que haga un breve paréntesis a la serie de artículos sobre la gestión de los alcaldes de la ciudad de estos 40 años de ayuntamiento democrático para hacer una reflexión personal acerca de estos últimos comicios locales.
Barcelona ha apostado por un cambio de alcaldía, una situación con mayorías simples cuyo abanico refleja la pluralidad ideológica de la sociedad barcelonesa. ERC, encabezado por Ernest Maragall, ha ganado los comicios con 10 regidores, siendo la fuerza más votada. Le sigue BComú con Ada Colau, que empata en regidores pero no en votos. El PSC ha recuperado nuevamente la fuerza de años anteriores, con 8 regidores para la lista encabezada por Jaume Collboni. El cuarto lugar lo ocupa C's y el proyecto de Manuel Valls. JxCat con Elsa Artadi pierde peso y se queda en quinta posición con 5 regidores, y cierra el grupo de partidos un testimonial PP liderado por Josep Bou con tan solo 2 representantes.


De los resultados obtenidos se concluye en primer lugar que las fuerzas unionistas, federalistas y constitucionalistas son mayoría, con lo cual Barcelona continúa siendo un bastión no independentista. Aunque ERC haya ganado las elecciones, no suma suficiente, ni siquiera con JxCat como para consolidar un proyecto secesionista, pues serían 15 regidores frente a 26 en contra. Con BComú, en cambio, sí sumarían mayoría los partidarios favorables a un referéndum por la independencia, 25 regidores a favor frente a 16 en contra. En segundo lugar, las izquierdas (ERC y BComú) y el centro-izquierda (PSC) suman mayoría frente a los partidos de centro (C's) y centro-derecha (JxCat y PP), lo garantizaría un pacto entre izquierdas pero no entre derechas, si bien pueden prevalecer otros intereses más particulares como el independentismo, el unionismo o la gestión ciudadana. La CUP no ha obtenido regidores y ha quedado fuera del consistorio.


La mayoría de votantes se han percatado de que las políticas comunistas y antisistema no funcionan, ni son más "progres", ni más democráticas, ni generan más riqueza económica y bienestar social, ni son más feministas, ni ayudan a una igualdad plena entre colectivos. Y de ello tenemos numerosos ejemplos en el mundo que lo demuestran. Y en tercer lugar, se observa que la sociedad barcelonesa apuesta mayoritariamente por una gestión que haga compatible el crecimiento económico con el bienestar social, con un fomento de la cultura y el mantenimiento de Barcelona como ciudad abierta y cosmopolita. Por contra se rechazan las políticas de ideología como las aplicadas habitualmente a nivel autonómico y estatal en favor de políticas de gestión ciudadana, es decir, de actuaciones que contribuyan a mejorar el nivel y la calidad de vida de la gente. En definitiva, importa más la gestión municipal y el carisma del alcalde que no las doctrinas ideologicas de partido.


Lo que vulgarmente llamamos "pactómetro" ofrece varias alternativas de gobierno: un pacto entre las fuerzas defensoras del derecho a decidir, o sea ERC+BComú+JxCat; un gobierno que deje fuera de juego a las fuerzas independentistas, con BComú+PSC+C's; o un tripartito similar al de los años 90 de las fuerzas de izquierdas con ERC+BComú+PSC. Sea cual sea la opción ganadora, debería garantizar la máxima estabilidad posible y satisfacer a la mayoría de votantes, de lo contrario tendremos una alcaldía débil e incapaz de cumplir su programa electoral, provocando así división, enfrentamiento social, una mayoría social descontenta y una oposición política en bloque muy crítica y cada vez más fuerte.


Barcelona es una de mis grandes preocupaciones en todos sus ámbitos, la ciudad que me motivó a crear este blog de artículos de historia local y de opinión personal. Aunque no me declaro independentista soy abierto a un modelo que garantice la mejor gestión en tanto que se observe una mejora real de la ciudad durante los próximos cuatro años. Sin duda, la opción que me hubiese provocado gran satisfacción de haberse presentado es Barcelona com Tu, plataforma ciudadana transversal y apolítica liderada por Daniel Vosseler. Solo un sabotaje provocado (¿premeditadamente?) por un hacker impidió alcanzara las firmas suficientes para que se presentara cuando en verdad las había superado ampliamente. Espero que dentro de cuatro años lo pueda hacer y se convierta en un claro candidato para alcanzar la Casa Gran. Acerca de esta formación hablaré detalladamente en un próximo artículo.


En líneas generales, los candidatos a la alcaldía de Barcelona han sido, globalmente, poco carismáticos y con programas de actuación imprecisos, además de mostrar un nivel cualitativo más bajo con respecto a los alcaldables de años anteriores. La capital catalana es demasiado importante como para dejarla en manos de personas mediocres. Durante los últimos años la ciudad ha evolucionado hacia un rumbo incierto, pàra unos excelente e interpretado como una nueva manera de hacer política, para otros ha causado alarmismo e inquietud entre muchos sectores sociales y económicos. Es fundamental renovar el modelo de ciudad y adaptarnos a las nuevas necesidades vigentes, incluso avanzarnos a las previsibles. Para los próximos cuatro años sería deseable mayor estabilidad política y progreso ciudadano traducido en un equilibrio entre políticas sociales y políticas empresariales.


En términos sociales no hay que abandonar la lucha contra los desequilibrios territoriales con la creación de nuevos equipamientos culturales, deportivos, sanitarios y educativos. Debe además mejorarse la red de transporte público, crear más zonas verdes, construir vivienda asequible hasta llegar al 30% del total regulando además los alquileres y aplicar políticas de convivencia entre colectivos. En términos económicos Barcelona requiere urgentemente reactivar su función de ciudad cosmopolita, abierta e integradora. Hay que apostar por un nuevo modelo de turismo, fomentar el comercio, la atracción de empresas que generen nuevos puestos de trabajo, la investigación científico-tecnológica y bio-sanitaria, las ferias, los congresos, el desarrollo de infraestructuras y la aplicación de políticas medioambientales y de sostenibilidad. Además, Barcelona debería ser un nuevo referente cultural, cuna de nuevas corrientes artísticas, con el fomento y la apertura de museos más cercanos al ciudadano, la concesión de espacios vecinales autogestionados, la apertura de galerías de arte, la potenciación del cine, el teatro, la música, la danza y el circo, y permitir el desarrollo de nuevos de artistas emergentes que dispongan de un espacio de creatividad.


Tomar la alcaldía de Barcelona es mucho más que un reto, una aventura que no se puede jugar de cualquier modo, no apta para provincianos ni para quienes quieren un decrecimiento económico. La democracia participativa resultará fundamental para establecer una buena relación entre vecinos y administración, recogiendo las preocupaciones e inquietudes de las gentes y sus propuestas de mejora de la ciudad. Por ello, la sociedad barcelonesa debería percibir en un futuro cercano que cada bario, cada calle o plaza o cada elemento allá construido es gracias también a su esfuerzo, a su lucha, que Barcelona es como es gracias en parte debido a uno/a mismo/a. Escribamos, por favor, una nueva y mejor historia, otro capítulo de esos más de dos mil años. Érase una vez Barcelona... ¿y mañana?

Fotos: Agencia EFE, Ajuntament de Barcelona (barcelona.cat), Alejandro García (EFE), El Catalán, Horitzontal (CCMA), RTVE, Susanna Sáez (El País), Toni Albir (El País).

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (V). Los alcaldes de la ciudad: Jordi Hereu (2006-2011)

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El 8 de septiembre de 2006 Joan Clos cedió la alcaldía de Barcelona a Jordi Hereu i Boher, un traspaso destinado principalmente a cubrir el desgaste de un mandato socialista que ya se veía largo y cuyo programa estaba agotado, por lo que requería de una urgente renovación. A sus 41 años de edad, la joven promesa arrastraba experiencia dentro de la Casa Gran. Afiliado al PSC desde 1987, ocupó el cargo de gerente del distrito de Les Corts entre 1997 y 1999. Tras ello fue elegido Concejal del distrito de Les Corts, y en 2004 ostentó las concejalías de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento y del distrito de Sant Andreu. Desde el año 2006 pasó a ser el quinto teniente de alcalde, anunciando su candidatura para suceder a Clos, siendo finalmente la opción ganadora frente a la opción de Montserrat Tura.
El nuevo alcalde tuvo que enfrentarse a un panorama difícil, pues la percepción ciudadana más generalizada era que se ejecutaban mayormente proyectos empresariales en detrimento de los sociales, además de enfocar la urbe como ciudad del diseño y de edificios singulares poco sostenibles, mientras los problemas vecinales iban en aumento. Por todo ello Hereu intentó recuperar el carácter popular perdido, mostrándose como un alcalde  joven, moderno, actual y cercano a la ciudadanía. Era necesario establecer un nuevo equilibrio entre crecimiento económico y bienestar social, pretendiendo resolver las demandas ciudadanas con la mayor celeridad posible. Eran muchos los conflictos a resolver, especialmente de incivismo, vandalismo, mantenimiento y limpieza, la degradación de determinados barrios y espacios públicos, inseguridad, falta de equipamientos, encarecimiento de la vivienda y del nivel de vida, abordar el tema de la inmigración y el turismo de masas, y revertir la percepción ciudadana de Barcelona como una ciudad de aglomeraciones y falta de servicios suficientes para todos.


En las elecciones municipales celebradas el 27 de mayo de 2007 ganó por mayoría simple y gracias al apoyo de su socio Iniciativa per Catalunya-Els Verds (ICV), lo cual implicó un gobierno en minoría y la dificultad de llevar a cabo numerosos proyectos ante una oposición cada vez más crecida. Los tres ejes centrales de su mandato se basaron en primer lugar en establecer una cohesión social y territorial, en segundo lugar fomentar la creatividad económica, tecnológica y cultural, y en tercer lugar reforzar la capitalidad de Barcelona en Cataluña y del Mediterráneo. Fue muy polémica su Ordenanza Cívica encaminada a mejorar el civismo social de la ciudad por la aplicación de severas multas y sanciones, y por el papel que desarrolló la Guardia Urbana bajo las órdenes de su máximo responsable Xavier Vilaró, ante ciertos acontecimientos ciudadanos como la huelga general del 28 de septiembre de 2010. Como consecuencia de los alborotos y la reacción de grupos antisistema, Barcelona perdió la opción de acoger la Cumbre Europea de Ministros por la Vivienda y la Cumbre de la Unión por el Mediterráneo.
A nivel de movilidad implantó en marzo de 2007 el Bicing, un servicio de alquiler de bicicletas públicas que ha sido respondido con bastante éxito ciudadano en cuanto a número de abonados se refiere, con el objetivo de apostar por la movilidad sostenible a imitación del modelo de los Países Bajos. A nivel de infraestructuras, se efectuaron diversas prolongaciones del la red de metro en barrios periféricos muy necesitados como Roquetes ("Canyelles-Trinitat Nova" L3), el Carmel, el Coll y la Teixonera ("Horta-Vall d'Hebron" L5); se inauguró también el primer tramo de la L9 y la L10 de metro entre Santa Coloma y Badalona hasta la Sagrera, y el tren de alta velocidad llegó hasta la estación de Sants.


Paralelamente, la crisis económica y financiera que estalló a partir del año 2008 obligó a tomar severas medidas de austeridad pero sin renunciar a los grandes macroproyectos como la ampliación de la zona portuaria, la consolidación del distrito 22@BCN en Poblenou, la construcción de la L9/L10 de metro y la transformación del sector Sant Andreu-Sagrera.
El año 2010 fue especialmente negativo. El referéndum que Hereu planteó acerca de la reforma de la avenida Diagonal con la inclusión del tranvía tuvo un gran coste económico, donde finalmente resultó vencedora la opción “C” de no reformarla ni como bulevar (opción "A") ni como rambla (opción "B"). Tan solo participó un 12,17% del censo, del cual el 80% se decantó de manera desfavorable. Un asunto que afectó severamente fue todo el affaire relativo al irregular proyecto del hotel del Palau de la Música promovido por Fèlix Millet (caso Palau) en el cual se vio involucrado el teniente de alcalde de Urbanismo Ramón García-Bragado. Otro miembro del Ayuntamiento afectado fue Itziar González, regidora del distrito Ciutat Vella, la cual se vio obligada a dimitir en abril del citado año tras haber recibido numerosas amenazas de muerte por parte de personas investigadas por presunta corrupción en la inspección de locales lúdicos y extorsión de prostíbulos en dicho distrito.
No menos controvertida fue en ese 2010 la presentación de una candidatura para que Barcelona, junto con las comarcas del Pirineo acogiesen los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2022. Una vez más se pretendió la celebración de un gran evento internacional como motor de empuje y desarrollo. Sin embargo la propuesta no levantó entusiasmo alguno ni apoyo institucional por lo que pronto quedó enterrada.


Durante ese annus horribilis, quedó como positivo la celebración del Campeonato Europeo de Atletismo y como anecdótico la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona. A pesar de los intentos de ofrecer una imagen más renovadora, dialogante, cercana y popular que la de su predecesor, incluso a pesar de haber inaugurado equipamientos públicos varios, las críticas hacia su gestión, el agotamiento de un modelo de gobierno municipal faltado de una profunda renovación y la necesidad de higiene democrática después de más de tres décadas de gobierno socialista pusieron fin a treinta y dos años de mandato municipal del PSC en Barcelona, siendo ganador el convergente Xavier Trias i Vidal de Llobatera en las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011.

Fotos: ACN (20 Minutos), CET (Europa Press), REUTERS (El Mundo), Ricard Cugat (El Periódico).

50 años del Catalán Talgo

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Se cumple medio siglo del primer ferrocarril internacional de Barcelona conocido como Catalán Talgo. Si bien hace casi nueve años que dejó definitivamente de circular, merece recordarse por haber sido el primer tren que unió directamente la capital catalana con el extranjero (Francia y Suiza) sin necesidad de efectuar intercambio de convoy en Portbou. El motivo de la implantación de este servicio se debió al notable aumento del tráfico de pasajeros registrado entre España y Francia, pues cerca de 3.000.000 de pasajeros anuales atravesaban las fronteras de Irún-Hendaya y de Portbou-Cerbère, además de un notable tráfico de mercancías destinadas a la exportación de productos españoles (generalmente frutas y verduras) hacia el país vecino. Sin embargo, el llamado sistema Transfesa permitió adaptar los vagones mercantes para circular en los diferentes anchos de vía pero quedaba pendiente resolver el inconveniente aún vigente para los trenes de pasajeros. Incluso hay constancia de que RENFE llegó a abrir un concurso premiado con 2.000.000 de pesetas a quien presentara un proyecto de solución a los anchos de vía que reuniese sencillez conceptual, economía de realización y seguridad de funcionamiento.


Así fue como en 1968 Patentes Talgo diseñó un modelo derivado del Talgo III del año 1964, llamado Talgo III RD, con rodadura variable o desplazable, que podía circular indistintamente tanto en ancho ibérico (1.668 mm) como en ancho internacional (1.435 mm). Ello fue un hito de la ingeniería ferroviaria que permitió desde entonces cruzar la frontera en tren sin necesidad de que los viajeros tuviesen que hacer transbordo. Inventado por el ingeniero Ángel Torán Tomás, el sistema consistía en liberar los cerrojos retenedores de las ruedas empujándolas al ancho de vía correspondiente para después instalar otra vez los cerrojos.
El Talgo III RD, de idéntico e innovador diseño exterior en rojo y aluminio visto que su hermano Talgo III, estaba formado por composiciones bidireccionales de rodadura guiada de entre 12 y 16 coches segregables y conectados entre sí mediante acoples automáticos, más dos coches generadores en ambos extremos. No necesitaban de los furgones llamados «mansos» para el guiado del primer rodal, pues cualquier locomotora podía hacerlo directamente si se regulaba adecuadamente la presión de sus topes.
A modo experimental durante un año, el 12 de noviembre de 1968 se estrenó el primer Talgo III RD entre Madrid-Chamartín y París-Austerlitz, y vistos los excelentes resultados ello animó a crear para el año siguiente otro servicio internacional entre Barcelona y Ginebra pero con carácter definitivo.


El 31 de mayo de 1969 se procedió a la inauguración oficial de la línea. Así lo narró el diario “La Vanguardia Española” del 1 de junio de 1969: “A las diez menos cuarto, emprendió el viaje inaugural de la nueva línea Barcelona-Ginebra el «Catalán-Talgo», que unirá la ciudad española y Suiza en nueve horas y cincuenta minutos, sin trasbordo en la frontera.
El «Catalán-Talgo», que ha sido incluido en el club «T.E.E.» —Trans Europ Exprés— realizará en la frontera el cambio de ancho de vía de español a europeo, en forma automática, utilizando el sistema Talgo que fue probado con éxito hace algunos meses, en el viaje experimental Madrid-París.
Al frente del viaje inaugural van el subsecretario de Obras Públicas, señor Ollero de la Rosa y el vicepresidente de las Cortes, señor Martín Sanz. Asimismo, figuran entre los invitados el vicepresidente de la Diputación de Barcelona, señor Ribas Seva; primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, señor Beltrán Flórez; vicepresidente de la R.E.N.F.E., señor Moreno; director d» la Quinta Zona de la R.E.N.F.E., señor del Campo, y varios procuradores en Cortes, directivos de Talgo, representantes de los Ministerios de Hacienda y Obras Públicas; periodistas de Madrid y Barcelona, y el director de la Oficina Nacional Suiza de Turismo en España, señor Immermann.


Todas las personalidades invitadas serán agasajadas a su llegada a Ginebra con diversos actos en su honor. El viaje de regreso se efectuará el lunes, día 2, ajustándose como en el inaugural a los horarios base del servicio «Catalán-Talgo», es decir, salida de Ginebra a las 10.30 horas y llegada a Barcelona a las 20.30 horas.
La velocidad máxima del «Catalán-Talgo» se ha fijado en los 160 kilómetros por hora, aun siendo de superior potencia la locomotora, de 3.000 CV. con cabinas en cabeza y cola que facilitan las maniobras, y permiten su reversibilidad.
El «Catalán-Talgo» se ajusta a los principios técnicos de «Talgo III», con diversos perfeccionamientos que incluyen mayor amplitud en los coches remolques; 17 asientos por coche, reclinables y orientables según el sentido de la marcha; aire acondicionado; ventanillas dobles, de vidrio con tratamientos polarizantes que reducen los efectos caloríficos y la intensidad lumínica. Además lleva dos coches restaurantes y una cocina bar”.


El domingo día 1 de junio siguiente empezó su servicio regular. El recorrido, de 864 kilómetros de longitud, partía de la estación de Francia de Barcelona y efectuaba las siguientes paradas: Girona, Figueres, Portbou, Cerbère, Perpignan, Narbonne, Béziers, Sête, Montpellier, Nimes, Avignon, Valence, Romans Bourg de Péage, Grenoble, Challes-les-Eaux, Chambéry, Aix-les-Bains, Culoz, Bellegarde y Genève (Ginebra). Al cabo de poco tiempo dejó de efectuar parada en Romans Bourg de Péage y Sête. Desde Barcelona había una única salida a las 9.45h y llegaba a su destino a las 19.38h. Desde Ginebra partía a las 10:40h y llegaba a la Ciudad Condal a las 20:39h. Al tratarse de un servicio de mayor calidad, el precio del billete era superior al del resto de trenes convencionales y se abonaba el llamado «suplemento de velocidad». Inicialmente, la composición constaba de dos furgones generadores situados en cada extremo, ocho coches con pasillo central, cuatro coches de apoyo habilitados según la demanda, dos coches restaurante y un coche restaurante-cocina.
Operado por RENFE y la francesa SNCF, el Catalán Talgo acabó con el aislamiento ferroviario español con el resto del continente europeo y se convirtió en el único tren español que formó parte del grupo Trans Europ Express (TEE), una red ferroviaria internacional europea creada en 1957 para el desarrollo de trenes de altas prestaciones que uniesen entre sí los distintos países del continente. Por este motivo, los furgones generadores del Catalán Talgo llevaban escrito “Trans Europ Express” y dicho tren fue también conocido internacionalmente como el TEE 83/84. En su época fue definido como el tren más original del club.


El interior de los coches de pasajeros disponían de música ambiental. Los pasajeros solían ser muy variados, desde turistas hasta ejecutivos. En cuanto a nacionalidades predominaban principalmente españoles, franceses, suizos, italianos, alemanes e ingleses. Cada uno se sentaba a su plaza correspondiente. Tras arrancar de la estación, por megafonía una voz femenina daba la bienvenida a los pasajeros en cuatro idiomas (español, catalán, francés e inglés), informando brevemente del recorrido, de los servicios disponibles a bordo del tren y deseando un buen viaje a todos. También se anunciaban las próximas estaciones. A partir de Girona un revisor pedía los billetes y el documento nacional de identidad y/o pasaporte. Igualmente se informaba de los cambios de divisas, de peseta española a franco francés y franco suizo. Entre Portbou y Perpignan unos camareros desfilaban meticulosamente preguntando a cada pasajero si irían a comer en el coche restaurante, lo cual suponía en caso afirmativo acudir a la hora del turno correspondiente. En los coches restaurante y bar-cafetería atendían dos camareras y el jefe de comedor. En la cocina trabajaban el chef y un ayudante, los cuales en su época se ganaron la fama de ser muy buenos y de ofrecer comidas de excelente calidad. El viaje solía ser agradable y tranquilo, adecuado para contemplar el paisaje. El interior era bastante estable e insonorizado, a menudo con un suave sonido parecido a los latidos del corazón mientras circulaba.


En 1970 el número de coches habituales pasó de ocho a nueve, aumentando así su capacidad, reflejo de su éxito comercial. Cinco años después se suprimió uno de los coches restaurantes siendo sustituido por un coche de pasajeros y su recorrido fue parcialmente modificado dejando de circular por Grenoble para hacerlo por Lyon-Part-Dieu.
El 23 de mayo de 1982, el Catalán Talgo abandonó la red de Trans Europ Express para integrarse en la red InterCity. Ello supuso un cambio en el nivel de exclusividad del servicio al incluirse asientos de segunda clase con suplemento. Además, recuperó su antiguo recorrido por Grenoble y modificó su origen y final en la estación de Sants, incluida parada en Barcelona-Passeig de Gràcia.
En 1987 se integró en la red EuroCity y desde 1992 recuperó su origen y final en Barcelona-Estació de França tras la remodelación de esta terminal con motivo de los Juegos Olímpicos.
Desde el 25 de septiembre de 1994 recortó su recorrido hasta Montpellier-Saint-Roch al considerarse que desde dicha ciudad ya existía una oferta ferroviaria suficiente como para desplazarse hasta Ginebra o a cualquier otra ciudad del entorno. En 1998 dejó de ser EuroCity.
Finalmente, el 18 de diciembre de 2010 efectuó su último viaje y dejó definitivamente de circular, cerrando una etapa histórica y abriendo una nueva. Desde entonces, el servicio ha quedado cubierto por las nuevas relaciones de alta velocidad entre Barcelona, París, Lyon, Marseille y Toulouse.


Tras unos años retirado del servicio, la composición del Talgo III RD que prestó servicio en el Catalán Talgo fue restaurado en el año 2014 para realizar rutas turísticas. El tren forma parte del Museu del Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú y se halla estacionado en las instalaciones de Talgo del barrio de Sant Andreu de Barcelona. Desde entonces hasta la actualidad he efectuado recorridos turísticos entre Barcelona y Tarragona, Móra la Nova, Portbou y Puigcerdà. Recientemente, el pasado día 4 del presente mes efectuó el recorrido entre Barcelona-Estació de França y Portbou para celebrar el 50 aniversario de la puesta en servicio del Catalán Talgo.
Tuve el placer de haber viajado una vez en el Catalán Talgo. Fue en septiembre de 1984. Tenía 13 años de edad. Fui de Barcelona-Sants a Portbou con mi hermano Tomàs y mi padre. Cogimos el Talgo porque nos hizo ilusión y nunca habíamos viajado en un tren de similares características. Los tres pudimos comprobar la calidad del servicio hasta el punto que lamentamos no haber ido más lejos. Pero al tratarse de una excusión de un día no fue posible. Viajamos en segunda clase al precio de 950 pesetas el billete por persona. En unas dos horas y cincuenta minutos llegamos hasta la frontera. Pasamos el día en Portbou, un pueblo costero sencillo y de espectacular estación ferroviaria. A la vuelta viajamos en tren convencional semidirecto, una UT440, más lento e incómodo que el Talgo, por supuesto, cuyo trayecto lo hizo por la costa del Maresme hasta la estación de Francia, entonces llamada Barcelona-Término.


Fue un breve sueño pero valió la pena. Es un bonito recuerdo pero a su vez triste. Cada vez que veo el Talgo III RD me acuerdo de mi padre, que falleció el pasado 23 de septiembre de 2018. Además, en ese mismo mes de septiembre de 1984, el día 28, falleció mi abuela Rosita, curiosamente dos días después de haber perecido el torero "Paquirri" en Pozoblanco. Sin embargo, la vida sigue, así que no descarto que en el próximo viaje turístico que efectúe el Talgo III RD acuda para recordar con una sonrisa los años dorados de nuestro ferrocarril y que felizmente disfruté. Tiempo al tiempo.

Fotos: Jordi Ibáñez, J.T. Curses Martín Addison, Pérez de Rozas (La Vanguardia), Revista Vía Libre, Steve J. Morgan (Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported).

Os deseo una FELIZ VERBENA

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El final del mes de junio son días de verbenas, es decir, fiestas que se celebran por la noche. La más conocida, la de San Juan, en el solsticio de verano, se celebra la madrugada del 23 al 24 del citado mes. Es la noche más corta del año, también llamada Noche del Fuego o Noche de las Brujas. Esta celebración la Iglesia Católica la hizo coincidir con la fecha de nacimiento de San Juan Bautista y se ha convertido en una fiesta con elementos y costumbres muy marcados y simbólicos: el fuego purificador, los baños de medianoche, las hierbas de San Juan, las canciones, el baile, las curaciones y los rituales mágicos. El origen de la celebración es pagano y ha heredado una serie de rituales, prácticas y costumbres que parecen estar basadas en celebraciones precristianas, como es el culto al Sol y el alargamiento del día por el solsticio de verano. La leyenda dice que quien coge la hierba llamada “verbena” queda curado de todo mal. De ahí viene que la fiesta reciba ese nombre. Era antaño tradición que los barceloneses acudieran a la montaña de Montjuïc a buscar esa hierba u otras hierbas curanderas. Era el ritual de la buenaventura.
En Barcelona hay constancia de su celebración al menos desde el siglo XV, haciéndose uso de la pirotecnia y del encendido de hogueras. Durante el siglo XVIII se produjeron restricciones y limitaciones, si bien a efectos prácticos se mantuvo viva a pesar de las prohibiciones dentro de la ciudad amurallada. Testigo de esa época fue Rafael de Amat de Cortada, barón de Maldà, en sus crónicas conocidas como Calaix de Sastre. Ya en el siglo XIX evolucionó en la manera como actualmente se celebra. Los baños de mar en Can Tunis, la Barceloneta y la Mar Bella fueron muy populares a modo de ritual de renovación y purificación. Durante los años posteriores se convirtió en algo muy tradicional que niños y niñas fuesen a recoger maderas, muebles y trastos para construir las hogueras, costumbre que prácticamente hasta finales de los años 80 del pasado siglo se mantuvo pero lamentablemente se prohibió por razones de seguridad. Durante el franquismo volvieron las restricciones por tratarse de una fiesta pagana, si bien enseguida se volvió a celebrar en los barrios.
En la actualidad se considera la fiesta más antigua de la capital catalana, pues otras anteriores como la Navidad eran de ámbito familiar mientras que la verbena era colectiva y popular.

Desde mi humilde hogar os deseo que paséis una FELIZ VERBENA DE SAN JUAN.

A la Premsa d'Aquell Dia: 25 aniversario de un comercio único en Barcelona

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"A la Premsa d'Aquell Dia" cumple 25 años de existencia como uno de los comercios de barrio más singulares de Barcelona e incluso de toda España. Fundada en 1994, esta empresa familiar se dedica a la venta de prensa histórica comprendida desde el año 1900 hasta la actualidad presentada como una antigüedad al alcance de la mayoría. Su nacimiento se lo debemos a Roberto Costantini (italiano de origen florentino) y a Rosa Maria Urue (natural de Barcelona), un matrimonio polifacético que, entre otras cosas, ha viajado por el mundo entero, hecho demostrable en su amplísima colección de billetes de avión. En uno de esos viajes el destino los llevó a Bruselas (Bélgica) donde un día por mera casualidad descubrieron la existencia de una extraña tienda que ofrecía periódicos antiguos y originales bien presentados. Entraron a conocer y observaron que con pedir una fecha cualquiera, la que tú desearas, te ofrecían una serie de cabeceras de periódico o revista disponibles y entre ellas podías elegir. Luego había la opción de presentar el ejemplar con una carpeta de presentación y un certificado de autenticidad. Finalmente, el objetivo era regalarlo a la persona que había nacido en la fecha solicitada como obsequio de aniversario, si bien podía ser también para unas bodas de plata o de oro o cualquier otra efemérides.



A ambos les pareció una idea muy original, e indagando se dieron cuenta de que en España no existía ningún comercio de estas características, así que decidieron arriesgar e intentar fundarlo en Barcelona. Para ello necesitaron un gran stock de periódicos y revistas, así que contactaron con coleccionistas, particulares, suscriptores de periódicos y, en definitiva, con gente que había conservado grandes cantidades de ejemplares en buen estado. Acudieron a anticuarios, a los Encants Vells, al mercado de Sant Antoni y a empresas de vaciado de pisos para poder acumular la máxima oferta posible. Inicialmente no abrieron tienda, sino que vendían en su piso de la calle de Sepúlveda, en el barrio de Sant Antoni. Luego adquirieron un local en la calle de la Luna, en el barrio del Raval, para almacenar los ejemplares a la venta. Y ya a partir del nuevo siglo XXI abrieron su primer comercio, en el número 20 de la calle del Tigre, en un local antiguo muy auténtico por sus grandes puertas de madera y por sus vigas descubiertas. Se hallaba enfrente de la sala de baile La Paloma, la cual se encuentra provisionalmente cerrada a la espera de su reapertura.



Toda la familia Costantini-Urúe se implicó en el negocio, que desde un principio funcionó muy bien a pesar de su singularidad y de ofrecer un producto tan exclusivo. Sus hijos Danielle, Àgata y Angèlica colaboraron desde un principio, incluidas sus respectivas parejas Susana, Alberto y Joan. Tuvieron algunos empleados para reforzar, hasta que al final un servidor tuvo la suerte de entrar a trabajar en este mundo. En un pequeño anuncio publicado en el diario La Vanguardia pedían a un/a dependiente/a para trabajar a jornada completa, así que no lo dudé y un día por la mañana me presenté en el local de la calle del Tigre. Me atendió Angèlica. Le dije que tenía ocho años de experiencia en trato con el público y manipulación y archivación de publicaciones gracias a mi colaboración en el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. Eso fue lo que les convenció y, por ello, no dudaron en contratarme. Primero fue un contrato de seis meses, y luego pasó a indefinido. Aquellas fechas coincidieron con el 7 de febrero, mi santo, así que mejor regalo, imposible.



Sobre el día 14 siguiente ya empecé a trabajar. Àgata y Angèlica se turnaban según el día de la semana. Roberto acudía ocasionalmente y Rosa Maria iba casi todos los días, especialmente por las tardes. Mujer muy entrañable, era casi como un ritual que a partir de las 5 de la tarde pusiera a calentar agua en una tetera eléctrica y tomarse un té acompañado de unas galletas. Poco tiempo después por las tardes se incorporó Alberto, mientras que Danielle y Joan iban muy puntualmente. Ya durante el año 2007 en que me incorporé, la tienda se había quedado muy pequeña, así que se adquirió un nuevo local con almacén en el número 44 de la calle de Joaquín Costa. Allá trabajaban Danielle y Susana ordenando los periódicos y revistas, y también un amigo de la familia de origen paquistaní llamado Akran, el cual atendía nuestras llamadas y nos traía desde el local de Joaquín Costa (todavía cerrado al público) a la tienda de Tigre los ejemplares que solicitábamos para un/a cliente/a. Hacíamos horario partido, de 10:00h a 14:00h y de 17:00h a 20:00h.



A partir del mes de septiembre del mismo año, tras regresar de vacaciones, el local de la calle del Tigre cerró al público y se abrió nuevo comercio y almacén en la calle de Joaquín Costa, que actualmente sigue funcionando. Ello permitió unificar atención al público y almacenaje en un solo espacio de grandes dimensiones, más cómodo y práctico aunque sin la autenticidad del anterior porque así lo exigieron las normativas municipales de seguridad. El horario pasó a ser ininterrumpido, de 10:00h de la mañana a las 18:00h de la tarde sin cerrar al mediodía.
El nuevo local tiene un espacio de atención al público mayor, con dos aparadores para exhibir ejemplares antiguos, y un interior con una mesa de atención y otra para que el público pueda contemplar la prensa solicitada y decidirse por una cabecera. El interior, privado, consta de un gran almacén con alrededor de 300.000 ejemplares entre periódicos, revistas, portadas, notas gráficas, periódicos incompletos, prensa encuadernada y suplementos temáticos, entre otras publicaciones comprendidas desde el año 1900 hasta la actualidad.



La disponibilidad va en función de lo que se ha podido recuperar, por lo que no hay ejemplares de todas las fechas ni todas las cabeceras, sino lo que existe y se ha conseguido adquirir. Allá también hay la zona de restauración de material mediante planchado sin agua y, si hace falta, pegado de papel de arroz. Se halla, además, el almacenaje de carpetas de presentación y de los certificados de autenticidad, el ordenador para consultas y pedidos y la máquina grabadora de iniciales doradas para la personalización de las carpetas. Al fondo, en una segunda planta se halla un pequeño despacho y el comedor con máquina de café y microondas. Todos teníamos una hora de tiempo para comer y volver al trabajo.
Trabajé en un ambiente familiar, rodeado de una gente muy agradable, comprensiva, con un equipo humano que siempre te ayudaba y te daba muchas oportunidades. Ciertamente entré muy tímido, pero enseguida conecté con ellos y rápidamente me fui abriendo y tomando confianza.



Siempre estuvieron satisfechos con mi labor, afortunadamente con muy pocas quejas, sólo errores humanos puntuales, incluso resistí bien en mi peor etapa durante el segundo semestre del año 2008 en que mi madre enfermó y murió de cáncer, lo cual me descentró temporalmente. Superado el golpe, enseguida volví a ser el de antes asumiendo distintas responsabilidades atendiendo el teléfono, respondiendo a las consultas por Internet, elaborando pedidos, arreglando y ordenando periódicos (de lo cual siempre fui muy perfeccionista), dando de alta ejemplares recién adquiridos y vendiendo a la clientela que entraba en la tienda. Un personaje muy apreciado por todos nosotros fue el de Rodrigo, el mensajero ecuatoriano de MRW que cada tarde venía con su ciclomotor a recoger los pedidos con destino a fuera de Barcelona. Nunca podía faltar y siempre nos hacía sonreír.
Por aquí ha pasado mucha gente, incluidos personajes famosos del mundo del espectáculo, de la política y del periodismo. Siempre hemos logrado satisfacer las necesidades de hasta un 95% de los clientes porque depositaron su confianza en nosotros y en nuestra profesionalidad, incluso algunos de ellos han llegado a emocionarse al revivir su propio pasado o al ver fotografiado un familiar determinado en esa publicación. Ocasionalmente, también hemos alquilado periódicos y revistas para obras de teatro y rodajes de series televisivas y películas.



Durante el año 2010 peatonalizaron la calle de Joaquín Costa, suprimiendo aparcamientos y ganando espacio para los peatones, lo cual estimuló la apertura de nuevos comercios y locales de consumo y restauración, otorgando así una nueva vida de barrio a esta arteria famosa por la presencia del teatro Goya y el Centro Aragonés, y por el personaje de Enriqueta Martí, la "vampira del Raval", secuestradora y asesina de niños del año 1912.
En el año 2011 se puso un stand en la Feria de Barcelona como una manera de promover el negocio. Sin embargo, debido a la fuerte presión de la crisis económica y financiera, las ventas experimentaron una alarmante baja que obligaron a mi despedida, no sin un gran disgusto por parte de ellos. Sin embargo, prometí mantener el contacto y la amistad, lo cual he conseguido durante todos estos años, incluso construí un blog de difusión y de historia de la prensa (periodicosregalo.blogspot.com), un grupo y una página de Facebook, y he organizado diversas actividades culturales como charlas y rutas. Durante algunos años se instaló parada en la Feria de Reyes y San Tomás de la Gran Vía. Para implicarse en el barrio como institución singular y participativa, se adhirió a la red de comercios, museos, entidades y elementos patrimoniales llamada Raval Cultural. Desde entonces, se hace comercio y se difunde la cultura en un espacio tan rico en historia como es el Raval antaño Barrio Chino.



Con motivo de estas bodas de plata, el negocio continúa activo y por ese motivo se celebrarán nuevas actividades encaminadas a dar a conocer quiénes son y qué ofrecen. Sin dudas, no puedo evitar de recomendaros que visitéis este singular comercio, único en Barcelona y en España, y compréis un ejemplar de periódico o revista con su carpeta de presentación y certificado de autenticidad, o bien una portada de periódico enmarcada. Tras superar la larga crisis económica y financiera que tanto nos tocó a casi todos las ventas al fin remontaron y la situación se ha estabilizado, adaptada a los nuevos tiempos y a una nueva demanda que, afortunadamente, responde de una manera muy favorable, valorando la originalidad de los productos. Para quienes quieran saber más acerca de "A la Premsa d'Aquell Dia" pueden consultar el blog periodicosregalo.blogspot.com y en la web www.periodicosregalo.com.

Fotos: Albert Gimeno, Francesc Casals, Maite Cruz, Mané Espinosa, Marta Becerra, Ricard Cugat.

Barcelona, desarmada y peligrosa

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La inseguridad ha vuelto a la ciudad. Durante estos últimos años parece que Barcelona ha remontado a los índices de los años ochenta del pasado siglo. A través de los medios de comunicación no paramos de leer a diario sucesos relacionados con robos, agresiones, violaciones e incluso crímenes. La capital catalana lidera España en aumento de actos delictivos, principalmente hurtos y robos, si bien son alarmantes y muy preocupantes los delitos sexuales. La red de metro ha pasado a ser un nido de carteristas; el barrio del Raval padece la presión de los robos a vecinos y turistas y la proliferación de narcopisos, todo ello aparte del habitual (y tradicional) trafico de drogas; las noches se han convertido en selvas aptas para violadores, tanto individuales como para "manadas"; los menas actúan en grupo asaltando al azar a su víctima fácil; peleas callejeras acaban en apuñalamientos e incluso en tiroteos con víctimas mortales, y así podríamos mostrar muchos más ejemplos de una triste y cruda realidad. Y a ello deberíamos sumar en otro nivel el vandalismo, la inseguridad y el incivismo como algo más que habitual.
La sociedad barcelonesa está harta. Sin embargo, la reacción por parte del Ayuntamiento de Barcelona es prácticamente nula. Un consistorio cuya filosofía es la corrección política y el buenismo ha permitido llegar a estos niveles extremos. El cuerpo de guardias urbanos, de policía y de vigilantes de seguridad ha experimentado severos recortes presupuestarios, lo cual ha repercutido a una notable reducción de efectivos en estos últimos cuatro años. Tampoco funcionan las normativas de civismo, cada vez menos restrictivas y menos efectivas.


El gobierno municipal vigente, con la ayuda de personas y entidades afines a la alcaldía, han relativizado el alarmismo vecinal. Aseguran que los índices de peligrosidad no son tan elevados, que los sucesos acaecidos son hechos puntuales, llegando a acusar a quienes son críticos de pretender desprestigiar a la vigente alcaldía. Alegan que la prensa está manipulada y plagada de fakes tendenciosos. Incluso se dan casos, por decirlo de algún modo, de "blanqueamiento", como por ejemplo las declaraciones un conocido personaje político cuyo nombre prefiero no revelar el cual aseguró que determinados violadores de origen extranjero son en realidad unas víctimas del sistema, y de algunos twitteros pasados de progres que acusan de fascistas, racistas y xenófobos a los cazacarteristas que actúan en la red de metro.
La inseguridad ya se ha convertido en la primera gran preocupación de la ciudadanía barcelonesa, y ello no es casualidad. Como consecuencia de la inacción municipal, cada vez más personas anónimas de manera voluntaria han decidido organizarse por su cuenta o en grupo para hacer frente a una delincuencia que parece actuar impunemente. A menudo los "buenistas" han criticado a estos colectivos que consideran de dudosa legalidad, sin embargo su existencia es resultado de una carencia de efectivos destinados a combatir los problemas de seguridad, pues de lo contrario no existirían. La percepción social es que los delincuentes, traficantes y violadores están amparados y son tratados como víctimas de un sistema socioeconómico que no funciona adecuadamente y no les da lo que merecerían; mientras que las víctimas están abandonadas y desamparadas a su propia suerte, incluso tratadas como personas intolerantes y hasta reaccionarias por ser incapaces de ser condescendientes con sus agresores y los motivos que los ha llevado a robar, traficar o violar.


Ante la situación actual, el Ayuntamiento de Barcelona debería de actuar urgentemente para evitar que el contexto se escape de sus manos y sea difícil de controlar. No es momento de relativizar los sucesos, manipular la realidad, blanquear la delincuencia y someter este problema a la corrección política y al buenismo, de lo contrario la sociedad barcelonesa se sentirá abandonada y desamparada, lo cual podría acabar con la alimentación de partidos populistas y de la extrema derecha en busca de chivos expiatorios.
El gobierno de Barcelona debe de aprender a ser crítico y autocrítico, tomando como referencia el ejemplo aportado por quienes han sido capaces de reducir drásticamente la delincuencia y la criminalidad hasta niveles insignificantes, devolviendo así el bienestar a la ciudadanía. En base a las soluciones adoptadas por aquellas ciudades del mundo tradicionalmente peligrosas, las medidas más comunes a todas ellas para combatir la inseguridad y que más eficacia han tenido se podrían resumir en estas diez recomendaciones:
• Aumentar el número de efectivos de la guardia urbana, la policía y los vigilantes de seguridad en espacios públicos y sistemas de transporte público.
• Desarrollar nuevas tecnologías en la localización y prevención de actos delictivos, como el sistema CompStat (aplicado para ubicar agentes, localizar delitos y valorar su impacto) y el HotSpotter (para detectar disparos de armas de fuego).
• Mejorar la relación social entre los cuerpos de seguridad y la población, de modo que la presencia de los agentes no sea hostilmente percibida.
• Entablar un diálogo entre cuerpos de seguridad y entidades vecinales, escuchando los problemas aportados por los vecinos y sus sugerencias de actuación, desarrollando así planes conjuntos de barrio.


• Invertir mayores recursos presupuestarios para desarrollar un programa general contra la inseguridad ciudadana.
• Controlar los traficantes de droga y de productos ilegales, así como los lugares estratégicos de tráfico (zonas portuarias y aeroportuarias) y la venta ambulante.
• Modificar las leyes para garantizar la tolerancia 0 y firmeza 10 contra delincuentes, terroristas, traficantes, violadores, criminales e incívicos.
• Aprobación de una nueva normativa cívica que permita a Barcelona ser una ciudad abierta, acogedora e integradora, pero a la vez fuerte y severa contra la inseguridad y el incivismo, es decir, que garantice tanto a la población de derecho (residentes) como a la de hecho (visitantes y turistas) unos derechos fundamentales pero a la vez unas obligaciones ineludibles.
• Destinar recursos a la integración, inclusión, reinserción y formación educativa, cultural, deportiva y profesional de personas delincuentes o con riesgo a delinquir, con el objetivo de cultivar habilidades de pensamiento crítico y construir una conciencia de lo que es nocivo para la sociedad.
• Combatir los desequilibrios territoriales entre barrios mediante el desarrollo de planes de barrio y de planes comunitarios entre administraciones y entidades vecinales para integrar los sectores más marginales como un espacio más de la ciudad.


El nuevo mandato municipal liderado por la alcaldesa Ada Colau tiene un gran reto por delante y para ello necesitará el consenso unánime de todas las fuerzas democráticas en la construcción de una Barcelona más cívica y segura que recupere e incluso supere en positivo los índices de popularidad y bienestar de antaño, convirtiéndose así en ejemplo y referente para otras localidades vecinas. ¿Será capaz de lograrlo?

Fotos: Crónica Global, El Periódico, Eliana Guerrero (La Vanguardia), Helpers-Twitter, Metrópoli Abierta.

40 años de ayuntamiento democrático en Barcelona (VI). Los alcaldes de la ciudad: Xavier Trias (2011-2015)

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Tras 32 años de gobierno socialista, el 21 de julio de 2011 Xavier Trias i Vidal de Llobatera, del partido Convergència i Unió (CIU), tomó posesión de la alcaldía de Barcelona después de ganar por la mínima las elecciones municipales. La principal causa del cambio se debió  al agotamiento del programa socialista y a una falta de renovación del "maragallismo" que tantos buenos resultados dio en su momento. Sin embargo, era necesario asumir nuevos retos y la fórmula creada por Pasqual Maragall no se supo actualizar por parte de sus sucesores Clos y Hereu y adaptarla a las nuevas necesidades emergentes y a los retos planteados por la sociedad barcelonesa.
El nuevo alcalde, de centro-derecha nacionalista e independentista, solamente gobernó durante una legislatura, por lo que no pudo completar ni iniciar muchos de los proyectos previstos. Centró su mandato en la reactivación económica, la creación de empleo, mejorar la atención hacia los colectivos más desfavorecidos y en dotar a la ciudad de servicios de calidad. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, todo ello pasó, en líneas generales, desapercibido, para muchos sin pena ni gloria, debiéndose ello a tres causas: a la falta de una mayoría representativa más fuerte para ejecutar más proyectos de ciudad; al peso de la crisis económica y financiera mundial que implicó varios recortes presupuestarios; y a la fuerte presión opositora por parte de quienes no aceptaban la presencia de un gobierno conservador en Barcelona ante el temor de que favoreciera a las clases acomodadas en detrimento de las populares así como el sector privado y empresarial con respecto al público y popular.


En lo referente a la reactivación económica estimuló la instalación de nuevas empresas en Barcelona, redefinió el Distrito 22@BCN del Poblenou, en el año 2014 creó la Oficina de Atención a la Empresa y logró prorrogar la celebración del Mobile World Congress hasta el año 2023. Potenció la ciudad para la celebración de ferias, congresos y eventos internacionales, y extendió el turismo a todos los distritos de Barcelona. Fueron años de construcción de numerosos hoteles y hostales. Este último punto fue motivo de polémica y división social. El excesivo aumento de visitantes generó una presión hasta el punto de que determinados barrios acusaron abusos como la subida de los alquileres, la presencia de zonas urbanas masificadas por visitantes y la proliferación incontrolada de pisos turísticos, agravando el fenómeno de la gentrificación. También hubo recortes en lo relativo a inversiones económicas, como fue el caso del sector Sant Andreu-La Sagrera, cuyo proyecto se tuvo que redefinir reduciendo el presupuesto y aprobando otro plan menos ambicioso que eliminaba superficie e hipotecaba la construcción del rascacielos diseñado por Frank Gehry en el Triangle Ferroviari (ya frenado por Hereu). Suspendió, además, la construcción del zoológico marino en la zona del Fòrum y la Torre Espiral diseñada por la arquitecta Zaha Hadid.
En lo relativo a la creación de empleo, logró disminuir ligeramente la tasa de paro, fomentó el empleo juvenil y los cursos de formación para personas con riesgo de exclusión social, y creó una red de inserción laboral para personas con discapacidad. Ahora bien, durante este periodo aumentó el fenómeno de las personas pobres empleadas debido a la precariedad de los contratos laborables en tanto que en muchos casos los salarios no ayudaban a llegar a final de mes.


En cuanto a la atención a las personas, se incrementaron levemente los presupuestos sociales si bien como consecuencia de la crisis resultaron insuficientes, ocasionando la protesta de muchas entidades sociales. La aplicación real de los dos últimos puntos (creación de empleo y atención a las personas) demostró que no tuvo los resultados esperados, pues entre los años 2011 y 2017 Barcelona experimentó una gran desigualdad social entre barrios que enriqueció a los más ricos y empobreció a los más pobres, desestabilizando y dañando a la clase media. Sarrià-Sant Gervasi fue el distrito más favorecido, mientras que Nou Barris pasó a ser el más perjudicado.
Todo y haberse construido de más de 1.000 viviendas de alquiler asequible, durante esta etapa se incrementaron notablemente los desahucios de muchas familias que de pronto se vieron incapaces de hacer frente al pago de la compra o alquiler de su hogar. El caso más paradigmático fue el barrio de Ciutat Meridiana, muy castigado por el aumento abusivo de los alquileres hasta el punto de ser tristemente conocido como “Villadesahucio” incluso a nivel nacional. De este modo tanto la pobreza como el número de suicidios aumentó. La aplicación del Decreto Boyer tuvo nefastas consecuencias no solo en lo referente a posibles abusos por parte de los arrendadores sino también por la subida impune de los alquileres de muchos comercios tradicionales, algunos de ellos históricos, que se vieron obligados a cerrar, destruyendo el comercio de barrio.


A nivel urbanístico procedió a la remodelación de varias calles con el objetivo de reducir el tráfico de automóviles. La avenida del Paral·lel, la calle de Balmes, el segundo tramo del paseo de Sant Joan y el tramo comprendido entre la plaza de Francesc macià y la plaza de los Cinc d’Oros de la avenida Diagonal fueron renovados como bulevares, descartando en esta última con la complicidad de los comerciantes de la zona la implantación del tranvía que debe unir las redes del Trambaix y el Trambesòs, a cambio de apostar por el autobús eléctrico. Paralelamente se inició la ambiciosa remodelación de la plaza de las Glòries Catalanes y la cobertura de las vías ferroviarias entre la estación de Sants y el término municipal de L’Hospitalet de Llobregat. Otras obras públicas fueron el monumento a los Castellers (2012), el parque infantil d’en Patufet (2013), los jardines de Salvador Escamilla (2014), la nueva plaza de Vicenç Albert Ballester (2014), los jardines de Ramon Aramon i Serra (2015) y la remodelación de la plaza del Alcalde Baró de Viver (2015).
En materia de transporte público, se inició la implantación de la nueva red ortogonal de autobuses que vendría a sustituir buena parte de la entonces vigente. Algunos equipamientos se hicieron realidad durante su mandato, muchos de ellos de titularidad privada, razón por la cual no quedó exento de críticas. Destacaron, entre otros, el CAP Comte Borrell, el nuevo edificio de la Fundació Puigvert, el museo y la remodelación de la Casa Bloc (durante el 2012), la nueva sede de Everis BPO, la nueva Casa de Agricultura de Cataluña, el nuevo edificio del CEIP Mediterrània, la nueva Casa Mèxic, la nueva central de energía térmica en la Zona Franca (durante el 2013), el nuevo Institut Comtal d’Oftalmologia ICO, los nuevos locales d’El Submarí en la calle del Foc nº100, el centro residencial SARquavitae Bonanova para gente mayor, el centro de atención a las mujeres de Nou Barris, el centro de salud Isabel Roig (durante el 2014), el Centre Integral Montjuïc Aspace, el Casal de Gent Gran Parc del Clot, y el Residencial Sant Gervasi Parc para gente mayor (durante el 2015).


Finalmente, tras el destacado ascenso de una plataforma política de izquierdas alternativa (Guanyem Barcelona) liderada por la activista Ada Colau Ballano, la cual aprovechando oportunamente el contexto de inestabilidad social marcado por la crisis económica y financiera, ofreciendo un discurso contra las injusticias y las desigualdades y defendiendo un modelo más social que caló en muchos barceloneses desencantados, en las elecciones municipales celebradas el 24 de mayo de 2015 ganó por la mínima su nuevo partido Barcelona en Comú. A pesar de algunos intentos de que Trias repitiese como alcalde, el 13 de junio siguiente Colau fue elegida como nueva alcaldesa de la ciudad, convirtiéndose así en la primera mujer alcalde de la historia de Barcelona.

Fotos: Antonio Moreno (El Mundo), Auto Retro Barcelona, e-notícies, El Confidencial, La Vanguardia.

Centenario de los Ferrocarriles Catalanes (1919-2019)

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Se cumple un siglo de la fundación de la Compañía General de los Ferrocarriles Catalanes, actual línea del Llobregat-Anoia de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. Los orígenes de esta sociedad se remontan a 1882 cuando un grupo de propietarios e industriales crearon la sociedad Crédito Marítimo que realizó el proyecto Ferrocarriles-Tranvías del Bajo Llobregat (posteriormente llamada Ferrocarriles Económicos del Bajo Llobregat) y solicitó la concesión de una línea ferroviaria entre Barcelona y Vallirana con ramales de Cornellà a Sant Feliu de Llobregat, de Sant Boi de Llobregat a El Prat de Llobregat y de Sant Vicenç dels Horts a Sant Andreu de la Barca. En 1908 se otorgó a la compañía Camino de Hierro del Nordeste de España la concesión de un ferrocarril de Martorell a Sant Vicenç de Castellet con dos ramales, uno en Sant Andreu de la Barca y otro hasta Manresa. Trece días después adquirió la concesión de Ferrocarriles Económicos del Bajo Llobregat), replanteó los proyectos para convertirlo en un ferrocarril secundario e inició la construcción del tramo entre “Barcelona-Magòria” y “Martorell”, el cual se inauguró el 29 de diciembre de 1912.
Paralelamente, otra empresa, fundada el 7 de junio de 1881 por propietarios industriales de Barcelona y de Berga, Tranvía o Ferrocarril Ecónomico de Manresa a Berga, proyectó una línea entre Manresa Guardiola de Berguedà. El 20 de septiembre de 1885 inauguró el tramo de Manresa-Alta a Puigreig, el 9 de abril de 1887 se abrió el tamo entre de Puigreig a Olvan-Berga, el 21 de enero de 1890 el tramo de “Manresa Alta” a “Manresa-Nord” y el 21 de noviembre de 1904 de “Olvan-Berga” a “Guardiola de Berguedà”.


Ya terminada la I Guerra Mundial, el 4 de julio de 1919 se constituyó la Compañía General de Ferrocarriles Catalanes, la cual adquirió la explotación de Camino de Hierro del Nordeste de España e integró a Tranvía o Ferrocarril Ecónomico de Manresa a Berga.
El 19 de noviembre de 1921 se integró una tercera sociedad, la Compañía del Ferrocarril Central Catalán, empresa constituida en 1890 que desde el 29 de julio de 1893 explotaba la línea ferroviaria entre Martorell e Igualada con el propósito de reactivar el potencial económico de la capital del Anoia. De este modo bajo una sola sociedad se pudieron unificar los distintos criterios de explotación bajo una sola autoridad y configurar así un sistema más coherente.
En 1922 se abrió al tráfico de viajeros parte del ramal Martorell-Manresa, sirviendo a los municipios de Abrera, Olesa de Montserrat y Monistrol de Montserrat. Dos años después se abrió al tráfico de viajeros el ramal hasta Manresa con las estaciones "Castellbell i el Vilar", "Sant Vicenç de Castellet" y "Manresa-Alta". De este modo se pudo unificar la línea de Barcelona a Igualada con la de Manresa a Guardiola de Berguedà. También abrió ese mismo año el tramo entre las minas de sales de potasio de Suria y Manresa para el transporte de mercancías. En 1926 se abrió la estación subterránea de Barcelona-Plaza España y un ramal entre La Bordeta y la estación del Morrot para el tráfico de mercancías en Barcelona. En 1930 entró en servicio la estación de "Montserrat-Aeri" que enlazaba con el teleférico al monasterio de Montserrat.


En 1936 la empresa se colectivizó y pasó a ser administrada por un comité de trabajadores de la UGT y de la CNT. Con la llegada de las tropas franquistas a Cataluña en 1939, los anteriores propietarios tomaron de nuevo el control de la empresa.
En los años 50 comenzaron a llegar las primeras unidades diésel de la línea y en 1961 se electrificó el tramo entre Sant Boi de Llobregat y Pallejà. En 1969 se inauguró la estación "Manresa-Baixador" soterrada. La compañía continuó la electrificación en 1971 hasta “Monistrol de Montserrat”. Los problemas económicos que arrastraba hicieron que entre 1972 y 1973 se cerrara el servicio ferroviario entre Manresa y Guardiola de Berguedà. La construcción del embalse de la Baells, que afectaba de pleno al trazado de la línea, sirvió como motivo para que en 1972 circulase el último servicio entre “Guardiola de Berguedà” y “Olvan-Berga”. La construcción del Túnel del Cadí y la reforma del Eix del Llobregat sirvieron también como excusa para eliminar el tramo Sallent-Olvan. El último trayecto de pasajeros entre “Olvan-Berga” y “Manresa” se realizó en 1973 y sólo desde entonces está en servicio para mercancías el tramo Manresa-Sallent para el transporte de sales de potasio. Los problemas financieros continuaron y llevó a la empresa a declararse en quiebra.
En 1976 el Estado tuvo que intervenir y la empresa pública Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE) se apoderó provisionalmente de la explotación de la línea. Finalmente se traspasó a la Generalitat de Catalunya la gestión a través del Departament de Política Territorial i Obres Públiques hasta que se creó la empresa Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) integrando el 7 de noviembre de 1979 a su red estos ferrocarriles.


Desde entonces se impulsó una gran modernización basada en la instalación de vía doble en tramos de vía única, la renovación de vías y estaciones, la modernización del material móvil, la apertura de nuevas estaciones y la mejora general del servicio. En 1985 se soterró el tramo Sant Josep-Sant Boi y la nueva estación "Manresa-Viladordis", se suprimió el trazado de la línea de mercancías por Mare de Déu del Port y se estableció uno nuevo por la Zona Franca y el margen derecho del río Llobregar. En 1987 el tramo de “Barcelona-Plaça d'Espanya” a ”Sant Josep” cambió con un nuevo trazado que incluyó las nuevas estaciones "Ildefons Cerdà" y "Gornal". En 1997 se abrió la nueva estación "Magòria-La Campana" a la altura de la antigua estación “Magoria”. En el año 2000 la construcción de vía doble permitió la apertura de las estaciones "Molí Nou", y "Colònia Güell". En el 2002 se inauguró la estación "El Palau". En el 2003 la buena frecuencia de paso de los trenes y la integración tarifaria permitieron convertir la línea S3 "Plaça d'Espanya-Molí Nou" en la L8 de metro, integrándose así en dicha red. Se abrió además la estación "Quatre Camins". En el año 2007, coincidiendo con la apertura del salón Construmat se inauguró la estación "Europa-Fira", y el tramo subterráneo en Pallejà con una estación nueva en el túnel. Ya en 2008 se aumentaron las frecuencias de paso llegando a intervalos de paso de 5 minutos en hora punta entre "Barcelona-Plaça d'Espanya" y "Martorell-Enllaç", y hasta un tren cada 20 minutos en hora punta en los ramales de Manresa e Igualada. En la actualidad, el llamado Metro del Baix Llobregat engloba las líneas L8, S3, S4, S8 y S9, es decir todos los que transcurren entre "Barcelona-Plaça d'Espanya" y "Olesa de Montserrat". En cuanto a las líneas de mercancías, en la actualidad se mantienen los servicios de transporte de potasa de Barcelona a Súria y Sallent, el transporte de sal de Martorell a Súria y el transporte de coches de Barcelona a la planta de SEAT en Martorell.


Mucha más historia de la aquí resumida se podría narrar de esta centenaria red ferroviaria que tantos cambios políticos, sociales y económicos ha visto desde sus raíles y estaciones, pero eso ya lo dejo en manos de quienes han escrito publicaciones al respecto y de la infinidad de generaciones que lo han vivido y son testigos de su existencia. A modo de valoración personal, hay diez particularidades que definen la actual línea del Llobregat-Anoia heredera de los servicios de los llamados Ferrocarriles Catalanes.
En primer lugar, la red de los Ferrocarriles Catalanes es el resultado de la unión de tres sociedades y cuatro líneas: Camino de Hierro del Nordeste de España (que explotaba las líneas de Barcelona a Martorell y de Martorell a Manresa), Sociedad del Tranvía o Ferrocarril Económico de Manresa a Berga (que explotaba la línea de Manresa a Guardiola de Berguedà) y Compañía del Ferrocarril Central Catalán (que explotaba la línea de Martorell a Igualada).
En segundo lugar, destacaríamos que en un siglo de explotación ha pasado a manos de seis empresas ferroviarias: explotando los ramales por separado Sociedad del Tranvía o Ferrocarril Económico de Manresa a Berga (1885-1919), Compañía del Ferrocarril Central Catalán (1893-1921), Camino de Hierro del Nordeste de España (1912-1919); y explotando de manera conjunta toda la red la Compañía General de los Ferrocarriles Catalanes (1919-1976), Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE) (1976-1979) y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) (desde 1979 y en la actualidad).


En tercer lugar, es la red ferroviaria de vía estrecha más larga e importante de Cataluña. En la actualidad tiene una longitud de 136 kilómetros y consta de 41 estaciones de pasajeros (22 en el troncal de Barcelona a Martorell, 9 en el ramal de Martorell a Manresa y 10 en el ramal de Martorell a Igualada). Antaño, en su época de máxima expansión que incluía los tramos suprimidos, tuvo una extensión de 189,50 kilómetros de longitud, a la cual si sumamos los 54,40 kilómetros de vías secundarias llegó a la respetable cifra de 243.90 kilómetros. Ninguna otra red ferroviaria catalana de vía estrecha ha tenido tanta expansión e importancia como ésta, siendo una muestra de ello que ha sido la única superviviente juntamente con los cremalleras Monistrol-Montserrat y Ribes-Núria.
En cuarto lugar, esta red se concibió como consecuencia del desarrollo económico del corredor del Llobregat. Efectivamente, desde mediados del siglo XIX la instalación de numerosas industrias textiles y sus colonias en el corredor del río Llobregat, la explotación de la cuenca carbonífera de Berga, las minas de Súria, la potencia de la industria algodonera igualadina y el notable crecimiento tanto de Barcelona como de las ciudades del Baix Llobregat, motivó la necesidad de implantar un servicio ferroviario que atendiera las necesidades de este sector.
En quinto lugar, merece observar que ha circulado material móvil de tracción a vapor, diesel y eléctrico. Debido a la antigüedad de la red, los inicios fueron con coches de madera remolcados por locomotoras de vapor. Posteriormente a partir de los años veinte del pasado siglo algunos tramos se electrificaron y fueron adquiridas locomotoras eléctricas. Y ya en los años sesenta, en los tramos sin electrificar, los automotores diesel sustituyeron a la tracción a vapor, llegando a coexistir brevemente en dicha década los tres sistemas. El tramo de Martorell a Igualada fue el último a electrificar y mantuvo trenes diesel hasta 1999. En la actualidad toda la red está electrificada salvo la línea al puerto de Barcelona y el ramal de Manresa a Súria, ambos de mercancías.


En sexto lugar, por esta red circulan, a la vez, trenes de pasajeros y de mercancías. Al tratarse de un corredor fuertemente industrial y de elevada densidad de población, desde un principio se concibió tanto para el transporte regular de usuarios como para la carga de productos agrícolas e industriales varios entre Barcelona y las comarcas del río Llobregat.
En séptimo lugar, establece buena correspondencia con numerosos sistemas de transporte, tanto sobre ruedas como sobre raíles y sobre cable: autobuses urbanos e intermunicipales, metro (L1, L3 y L9), Rodalies-RENFE (R2, R4 y R8), el teleférico de Montserrat y el cremallera de Montserrat. Ello facilita la accesibilidad a la red y el desplazamiento hacia otros puntos del territorio. Entre los años 2005 y 2012 estableció correspondencia con el teleférico de Olesa de Montserrat a Esparraguera, actualmente clausurado.
En octavo lugar, su desarrollo y modernización ha permitido que incluya, a la vez, líneas de metro, de metro regional y de cercanías. El resultado es una línea de metro (L8 “Pl.Espanya-Molí Nou”), cuatro líneas suburbanas (S3 “Pl.Espanya-Can Ros”, S4 “Pl.Espanya-Olesa de Montserrat”, S8 “Pl.Espanya-Martorell” y S9 “Pl.Espanya-Quatre Camins”) y cuatro líneas de cercanías (R5 “Pl.Espanya-Manresa”, R6 “Pl.Espanya-Igualada”, R50 servicio semidirecto “Pl.Espanya-Manresa” y R60 servicio semidirecto “Pl.Espanya-Igualada”).
En noveno lugar, se debe remarcar que la existencia de buena parte de la red en la actualidad se debe gracias a la presión popular. La crisis económica de los años sesenta y setenta del pasado siglo, juntamente con el auge del automóvil, propició el cierre de la línea de Manresa a Guardiola de Berguedà y de Manresa a Súria. Ante la situación del momento toda la red amenazó cierre y, por ese motivo, muchos habitantes tanto de Barcelona como de la mayoría de los municipios del corredor del río Llobregat protestaron solicitando el mantenimiento de las líneas y una mayor inversión económica.


Y en décimo lugar, la línea Llobregat-Anoia constituye un corredor socio-económico de primer orden. Tiene un índice de satisfacción al cliente del 75,5%, un índice de control de calidad de 99,24% y el servicio un grado de puntualidad del 99,49%. Anualmente la demanda va creciendo un promedio de entre un 2% y un 3% anual hasta alcanzar en la actualidad cifras superiores a los 23 millones de pasajeros anuales y más de 23 millones de euros de recaudación. La red abarca un territorio con más de dos millones y medio de habitantes con altos índices de industrialización y servicios. Además, la circulación esporádica de trenes históricos y los transportes singulares a Montserrat comportan una notable presencia de turistas.
En la actualidad la antigua línea de los Catalanes constituye una red con futuro que prevé su ampliación por Barcelona desde "Plaça d'Espanya" hasta "Francesc Macià", estableciendo correspondencia con las líneas T1, T2 y T3 del Trambaix, incluyendo una parada en "Entença" que enlazaría con la L5 de metro, incluso la posibilidad de que llegue hasta la estación "Gràcia" del llamado "Metro del Vallès" de FGC. Igualmente existen estudios de adaptación a pasajeros del tramo de Manresa a Súria y Sallent mediante un sistema de tren-tram. Este sistema de transporte a caballo entre el tren de cercanías y el tranvía moderno se ha planteado para el ramal de Martorell a Igualada. En tiempos como los actuales que se apuesta por la movilidad sostenible, merecería la pena como proyecto a largo plazo estudiar la reapertura del tramo entre Manresa y Guardiola de Berguedà y la posibilidad de prolongarla hasta Puigcerdà, Andorra y Francia, definiendo así un nuevo corredor transpirenaico.


Fotos: Antonio Moreno Sans (railssensefronteres.blogspot.com), Arxiu FGC, Arxiu gencat.cat, Autor desconocido (trenesytiempos.blogspot.com), Fondo Euskotren MVF, Jeremy Wiseman, The STB (Wikipedia), Trevor Rowe, Werner Hardmeier.

90 años de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 (I): génesis, historia y descripción

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Se cumplen nueve décadas de la celebración de la Exposición Internacional de Barcelona. Resumir la historia y el significado de este certamen es tan complejo por la gran cantidad de información existente al respecto que ello invita a la elaboración de más de un artículo. Aquí se ofrecerá una visión global de lo que fue su historia, desde su gestación hasta la clausura.
El éxito conseguido en la Exposición Universal de 1888 ofreció la posibilidad de repetir este evento. Con la victoria de la Lliga Regionalista en las elecciones de 1901 la idea fue tomando más consistencia. Cuatro años después, el arquitecto Josep Puig i Cadafalch la pensó como una excusa para llevar a cabo el ambicioso plan urbanístico del arquitecto francés León Jaussely, nunca hecho por la lentitud de las gestiones del proyecto. Por ello, las obras más monumentales quedarían limitadas al futuro recinto de la Exposición. En un principio se planteó ubicarla en el área del Besòs (actual zona del Fòrum) pero finalmente se decidió hacerlo en la montaña de Montjuïc, lo cual marcaría otro desarrollo de la ciudad.


El gran peso de las industrias eléctricas en Barcelona planteó que el certamen se hiciera en relación a una amplia muestra referente a este sector económico tan potente y emergente, idea que el mismo Puig i Cadafalch presentó en 1915. Además de las industrias eléctricas, la muestra se extendería también a todas las ramas del comercio y la industria, más un apartado dedicado a las actividades deportivas y artísticas. Pero el estallido de la I Guerra Mundial y la crisis económica ralentizaron el proyecto. La idea inicial, sin embargo, había servido de base para ejecutar las obras de urbanización y de ajardinamiento de diferentes partes de la montaña. Los primeros trabajos comenzaron en 1917 bajo la dirección del ingeniero Marià Rubió i Bellver y terminaron en 1923 por su lentitud. Se inauguraron los primeros jardines, el parque Laribal, los palacios de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia, junto con las escalinatas de acceso, las escaleras de Miramar, y algunas esculturas como "Dante", "San Jorge" y " La Belleza”. En el camino del Castillo se instaló una escultura en la memoria del aviador Juan Manuel Durán.


La inauguración de los dos palacios, el 13 de septiembre de 1923, coincidió con el golpe de estado del capitán general Miguel Primo de Rivera. Ello retrasó la programación del evento hasta 1929 para hacerlo coincidir con la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Afortunadamente un pacto entre el nuevo régimen, la Lliga Regionalista (a pesar de ser ilegal) y la comisión promotora de la Exposición de Industrias Eléctricas acordó sacar adelante el proyecto de la Exposición Internacional. Francesc Cambó y Joan Pich i Pon fueron nombrados comisarios concejales y Pere Domènech como nuevo director de las obras, mientras que Puig i Cadafalch fue apartado como jefe del proyecto por razones políticas. El Estado apoyó el certamen porque creía poder reflejar su política megalómana basada en grandes obras públicas, la entrada de capital extranjero, proteccionismo industrial y nacionalismo técnico. El Ayuntamiento de Barcelona se convirtió en el organizador, con una inversión de capital muy grande para la época, de 140 millones de pesetas. Hubo algunos cambios, como el derribo de las cuatro columnas de Puig i Cadafalch, el cambio de nombre del museo arquitectónico al aire libre llamado Iberona por Pueblo Español, el bautizo de la plaza de entrada al recinto como plaza de España, y el nuevo enfoque de la exposición centrada no solamente en la industria sino también en los deportes y el arte.


El 19 de mayo de 1929, se celebró la ceremonia inaugural de la Exposición Internacional de Barcelona con la asistencia de unas 200.000 personas concentradas por toda la avenida de la Reina María Cristina. Las principales autoridades asistentes fueron, entre otras, S.M. el Rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, el jefe de Estado Miguel Primo de Rivera, el director de la Exposición Mariano de Foronda, los comisarios promotores del certamen Joan Pich i Pon y Francesc Cambó, el presidente de la Diputación el Conde de Montseny, y el alcalde de Barcelona y barón de Viver Darío Rumeu Freixa. Después de los discursos inaugurales hechos por las principales autoridades, deleitaron a los asistentes con espectáculos visuales, como el vuelo de 60.000 palomas, los reflectores del Palacio Nacional, los juegos de luz de la Fuente Mágica, obra de Carles Buïgas, las cascadas  iluminadas y las columnas luminosas de colores que ocupaban la avenida de la Reina María Cristina.


El recinto de la Exposición Internacional ocupaba una superficie de 1.200.000 m2. El punto de partida era la plaza de España, urbanizada ese mismo año. En el centro destacaba la fuente monumental, obra de Josep Maria Jujol. En el lado contrario a la montaña había los hoteles, obra de Rubió i Tudurí, y la plaza de toros de Las Arenas, de August Font i Carreras. El principal eje de acceso era la avenida de la Reina María Cristina, coronada a su comienzo por dos torres venecianas de 47 metros de altura cada una que simbolizaban la puerta de entrada al recinto, obra de Ramon Reventós. Estructuralmente el espacio ferial se dividía en tres zonas. La primera, en la parte más urbana, se hallaba delimitada por la plaza de España, la calle del Marqués del Duero (Paralelo), la calle de Lérida, la avenida de la Prensa, la avenida de Rius y Taulet, la calle de México y la calle de Cortes (Gran Vía). Comprendía el Palacio de Comunicaciones y Transportes, el Palacio del Vestido, el Palacio de Metalurgia, Electricidad y Fuerza Motriz, el Palacio del Arte Textil, el Palacio de Proyecciones, el Pabellón de Suministro de Electricidad en Alemania, los Pabellones de Beneficencia, el Pabellón de Oficinas de la Exposición, el Pabellón de Bomberos y los llamados Complementos A y B del Palacio de Metalurgia, Electricidad y Fuerza Motriz.


La segunda zona quedaba delimitada por las avenidas de Rius y Taulet, Marqués de Comillas (Francesc Ferrer i Guàrdia), Estadio y Miramar, además de la calle de Lérida y la avenida de la Prensa. Comprendía el Pabellón de la Ciudad de Barcelona, el Palacio de Alfonso XIII, el Palacio de Victoria Eugenia, el Pabellón Oficial de Alemania, el Pabellón Oficial de Francia, la Casa de la Prensa, el Palacio de Artes Decorativas, el Palacio de las Artes Gráficas, los Palacios de la Sección de Agricultura, el Palacio de Arte Moderno, el Pabellón Real, el Palacio de las Misiones, el Palacio de la Química, el Palacio de las Diputaciones, el Pabellón de Yugoslavia y el Palacio Nacional. Éste último, obra de Enrique Catá y Pedro Cendoya, ocupaba 31.000 m2 y constaba de un salón de fiestas y albergaba la exposición "El arte en España". Otros elementos destacados eran los jardines de Amargós, de San Julián, de la Rosaleda y de la Fragua; el parque Laribal, el Pabellón del tenis, el Umbráculo, el Pabellón del Mapa de España, un parque de atracciones que incluía un tren de vapor en miniatura, y el Pueblo Español. Éste recinto al aire libre tenía una superficie de 20.000 m2, y contenía todo un conjunto de construcciones típicas españolas destinadas a exhibir los diferentes aspectos de la vida rural de nuestro país de diversas épocas y regiones, con costumbres, indumentaria, fiestas y oficios populares reproducidos. Se celebraban espectáculos, fiestas, concursos de charangas rurales, festejos populares de diferentes regiones, corteses históricos, verbenas, torneos de caballeros y otros actos de tradición nacional. Otro lugar destinado al entretenimiento era el Teatro Griego, para representaciones sobre un escenario que imitaba los antiguos teatros clásicos al aire libre. Tenía capacidad para 2.000 personas en un corazón de 60 metros de diámetro.


Y la tercera zona, en el centro de la montaña de Montjuïc, comprendía la parte superior de las avenidas del Estadio y de Miramar. Comprendía el Palacio del Estadio Español, el Palacio Meridional, el Pabellón de Anormales, el Pabellón de Bélgica, el Pabellón de Dinamarca, el Pabellón de Hungría, el Pabellón de Italia, el Pabellón de Noruega, el Pabellón de Rumanía, el Pabellón de Suecia y el Pueblo Oriental. Sin embargo, la construcción más importante fue el Estadio Municipal, de 45.500 m2 de superficie, con un campo de 20.575 m2 y unas gradas con una capacidad para 60.000 espectadores. Sobre el terreno había un campo de fútbol, una pista de saltos y lanzamientos y una pista para 7 corredores en línea de 500 metros de longitud. A pie de tribuna había otra pista para carreras rectas, de 220 metros de longitud. Fue inaugurado el 20 de mayo. Como anécdota simpática allí se celebró un partido de fútbol entre el Cataluña y el Bolton Wanderers, en el que ganaron los catalanes por 4-0. Además del Estadio Municipal, había unos pabellones destinados a exhibiciones de boxeo y esgrima, pistas de tenis, el campo de rugby de La Foixarda y una piscina descubierta para juegos y competiciones acuáticas.
Otro elemento singular era el restaurante de Miramar, de 800 m2 de superficie y 2 vestíbulos. Constaba de una planta baja con un gran salón central para café y comedor, salón de fiestas, salón de té, bar y 2 pequeños salones aislados. También había una terraza con un mirador panorámico que ofrecía buenas vistas al mar.


Otras construcciones no oficiales fueron los pabellones de Amer Picón, Torre Asland, Real Compañía Asturiana de Minas, Domecq, Eclipse, Rocalla, Savonius, Uralita, Viandox y Vives Pons, en la avenida del Estadio; los pabellones del Banco Central, Hartmann y La Lechera, en la avenida del Marqués de Comillas; los pabellones de los Artistas Reunidos, Compañía Española de Turismo, Compañía Hispano-Americana de Electricidad, Compañía de Fluido Eléctrico, Talleres Damians, Hispano-Suiza, Industria Nacional Metalúrgica, Molfort, Riegos y Fuerzas del Ebro, Energía Eléctrica de Cataluña y Barcelonesa de Electricidad, en la avenida de Montanyans; los pabellones de la Confederación Hidroeléctrica del Ebro, Pirello, Agua de la Virgen de Montserrat, Banco Vitalicio, Banca Catalana, banca Covadonga, Caja de Previsión y Ahorro, Perfumería Gal, Establecimientos Maragall y Pluma Watermann, sitos en la explanada oeste del Palacio Nacional; los pabellones de Aceites de Oliva de España y Compañías del Gramófono, en el paseo del Pabellón Real; el Palacio de la Caja de Pensiones para la vejez y de Ahorros y el Pabellón de Nitratos de Chile, en el paseo de Santa Madrona; el Pabellón de la Compañía de tabacos de Filipinas, en el paseo de la Técnica; los pabellones de Brown Boveri y Caldo Maggi y el Pabellón Oriental Norteafricano, en la plaza de la Fuente Mágica; el Pabellón Burmeister & Wain, en la plaza de los Reyes; el Pabellón de Asland, en la plaza de San Jorge; y los pabellones de la Compañía Arrendataria de Tabacos, Agua Montal, Electric Supplies, Compañía Española Transatlántica, Papel de Fumar Bambú, Byrrh, Artículos para reclamo, Compañía Nacional de Publicidad, Sociedad Española de Photomaton, La Perla Mallorquina, Plumas Estilográficas y de la Fundación Rosillo de Seguros, en la plaza del Universo.


Los países que participaron en el certamen fueron Alemania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Noruega, Rumania, Suecia, Suiza y Yugoslavia. Concurrieron también, aunque de manera no oficial los Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, Japón, Portugal y varios países orientales. En cuanto a los países latinoamericanos, éstos hicieron presencia en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla, que complementaba el certamen de Barcelona.
Para acceder al recinto se potenció el transporte público con la creación de servicios especiales que se sumaron a las líneas ya existentes de tranvía y autobuses que llegaban a la plaza de España. La Compañía General de Ferrocarriles Catalanes reforzó su oferta de trenes de Martorell, Manresa e Igualada a la plaza de España. El Ferrocarril Metropolitano de Barcelona (Transversal) estableció trenes lanzadera entre la plaza de Cataluña y la plaza de España. Paralelamente la Compañía General de Autobuses de Barcelona creó cuatro líneas entre la plaza de España y Miramar, el Palacio Nacional, el Estadio y el Palacio de las Diputaciones, más una quinta línea llamada "Visita ciudad" que llegaba hasta la plaza de Cataluña. Además, puso en servicio los primeros autobuses turísticos de Barcelona, las líneas "Gran circuito de lujo" y "Circuito interior" que efectuaban una parada de una hora y media en el Paralelo para dar tiempo a subir y viajar a la montaña de Montjuïc y visitar el recinto mediante transbordo con el citado funicular. También desarrolló un papel muy destacado el funicular del Paralelo a la avenida de Miramar (en aquella época el más grande, rápido y moderno del mundo) y, en menor medida, la línea a las inmediaciones del castillo, ambas explotadas por la Sociedad Anónima Funicular de Montjuich. Otro servicio fue el pequeño funicular del final de la calle de Lérida al Palacio Nacional, que sólo circuló durante el certamen.


Los medios de comunicación hicieron una excelente difusión del certamen a través de las principales cabeceras de la prensa catalana y nacional, la edición de un boletín informativo semanal a 20 céntimos de peseta (Diario Oficial de la Exposición Internacional de Barcelona) y la publicación de numerosas guías oficiales para visitantes y turistas.
El 30 de enero de 1930 finalizó la Exposición Internacional, si bien el acto oficial de clausura y entrega de premios se celebró el día 15 anterior a las 11.40h en el salón de fiestas del Palacio Nacional, con la presencia de S.M. el Rey Alfonso XIII, autoridades municipales y de corporaciones oficiales, además de los responsables del certamen, gentiles y grandes de España, personalidades con títulos nobiliarios y eclesiásticas, miembros del Ejército, representantes de la Diputación, personalidades del ámbito universitario, comisarios extranjeros de los países participantes y altos funcionarios tanto estatales como de provincia y municipales.
En el próximo artículo se efectuará una visión personal acerca del impacto que produjo esta exposición para la ciudad de Barcelona. En otros artículos se invitará a descubrir lo que nos ha quedado en la actualidad de aquel mítico evento y se valorará el proyecto de celebrar un nuevo certamen para el año 2029, así como la polémica propuesta vecinal de sustituir el recinto ferial por un barrio popular a partir del 2025.


Fotos: Archivo La Vanguardia, Arxiu Fotogràfic de Barcelona (AFB), Carné, Fundació Mies Van Der Rohe, Josep Gaspar, Pérez de Rozas.

60 años de red nocturna de autobuses en Barcelona

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Este año se han cumplido seis décadas del establecimiento de la primera red oficial de autobuses nocturnos en Barcelona. Su historia es contemporánea, de los tiempos más modernos, coincidiendo con el inicio del llamado Desarrollismo y el gran crecimiento urbano, demográfico y económico de la ciudad. Ello generó la aparición de una importante vida nocturna en la capital catalana y, lógicamente, un nuevo tipo de movilidad debida inicialmente por razones laborales a la que años después se sumó el incremento de la oferta del ocio nocturno. Las primeras líneas propiamente nocturnas coincidieron con el proceso de municipalización de los transportes públicos urbanos, pues bajo manos privadas apenas importó establecerlas al considerarse escasamente rentables. Anteriormente al año 1959 hubo unas pocas líneas de tranvías, trolebuses y autobuses que circulaban de noche o bien con carácter permanente pero sin llegar a configurar una verdadera red nocturna. A ello mencionar que durante el curso del año esporádicamente algunos servicios prolongaban su horario hasta altas horas de la noche con motivo de fiestas mayores, verbenas, conciertos, actuaciones, ferias y otros acontecimientos excepcionales.
En 1915 existió la línea 18 de tranvías "P.Cataluña-P.F.Soler" que funcionaba desde las 22:07h de la noche hasta la 1:30h de la madrugada. Posteriormente pasó a tener servicio diurno circulando entre las 6:00h de la mañana hasta la 1:35h de la madrugada. Salvo descubrirse nueva información histórica que lo desmienta éste sería el servicio nocturno más antiguo de Barcelona del cual se tiene constancia.


Ya en la posguerra se estableció el 6 de abril de 1944 una línea de tranvías exclusivamente nocturna, la 34 "P.Cataluña-Barceloneta", de vida efímera, pues el 31 de enero de 1945 se suprimió. Con el propósito de normalizar la oferta de transporte público en unos tiempos tan difíciles, se fue tomando cada vez mayor conciencia de la existencia de una demanda creciente de usuarios que trabajaban en turnos de noche y que, por este motivo, era necesario atender. Así fue como se crearon servicios permanentes, es decir, que circulaban las 24 horas del día. Generalmente entre las 22:00h y las 6:00h la oferta era menor, con frecuencias de entre 15 y 30 minutos y tarifa especial nocturna más cara. El 12 abril de 1945 se inauguró la línea 51 de tranvías “P.Cataluña-Fabra y Puig” que funcionó hasta 1954; el 30 de abril de 1949 la línea FC de trolebuses “M.Duero-San Andrés” pasó a tener servicio permanente los sábados, domingos y festivos; el 27 de enero de 1953 la línea FS de trolebuses “P.Urquinaona-Sta.Coloma” amplió su oferta a horario nocturno; el 24 de mayo de 1954 se creó la línea nocturna FR de trolebuses “P.Urquinaona-Fabra y Puig”; y el 24 de enero de 1955 la línea FC amplió su servicio permanente para todos los días. El resultado fue una pequeña red que convergía en el centro de la ciudad con un claro corredor definido desde el Poble Sec y Sant Antoni hacia el Clot, la Sagrera, Sant Andreu y Santa Coloma de Gramenet.


La rentabilidad creciente de los servicios urbanos que circulaban durante la noche y la mejora económica motivaron el establecimiento de nuevas líneas propiamente nocturnas que irían cubriendo las necesidades de los barrios. El 22 de junio de 1959 entró en servicio la línea NT de trolebuses "Paralelo-Camelias", si bien se trataba de la línea diurna FT que entre las 22:00h y las 2:00h cambiaba un número por el otro. Poco después en fecha 1 de julio del mismo año se estrenaron dos líneas más de autobús: la NB "Atarazanas-Gracia-Bonanova" y la ND "Paralelo-P.Bonanova". A diferencia de la línea NT, éstas dos no tenían equivalente diurno. Con estos tres primeros servicios creados en 1959 nació la primera red nocturna de transporte en Barcelona tal y como la conocemos en la actualidad, la cual es una evolución puesta al día de la establecida por Tranvías de Barcelona. El distintivo numérico designado para identificar éstas líneas sería la letra N más otra letra relativa a su destino. Posteriormente llegaron nuevas líneas: NP "Paralelo-Pedralbes"(21 de noviembre de 1960), NA "Atarazanas-Gracia-Bonanova" (21 de diciembre de 1967), NF "P.Cataluña-Zona Franca" (1 de julio de 1970), NH "P.Urquinaona-Horta" (1 de octubre de 1970), NG "Paralelo-Guineueta" (25 de septiembre de 1974), NN "P.Cataluña-B.Besós" (1 de abril de 1975), NL "P.Cataluña-B.Besós (16 de octubre de 1975), NS "Atarazanas-Sta.Coloma" (10 de enero de 1977) y EN “P.España-Aeropuerto” (29 de noviembre de 1977).


Hasta el año 1991 en que desaparecieron casi todas, algunas de ellas fueron prolongadas a fin de mejorar la cobertura territorial: ND hasta el barrio de Montbau (1963), NT hasta la plaza Catalana (1970), NH hasta la plaza de Cataluña (1971), NF hasta Mercabarna (1971), ND hasta los Hogares Mundet y hasta Atarazanas (1974), NS hasta la plaza del  Reloj de Santa Coloma de Gramenet (1978), NG hasta el barrio de Canyelles (1979), NL hasta el barrio de La Pau (1986), NF hasta la Vía Julia (1986), NL hasta las Atarazanas (1986) y NH hasta el final de la calle de Campoamor en el barrio de Horta (1987). Otras líneas fueron suprimidas como la NP (1965) y la NA (1984), mientras que la línea NB fue recortada con un nuevo recorrido entre la plaza de Cataluña y la avenida del Tibidabo. La línea NS se traspasó a la empresa TUBSAL (9 de octubre de 1989), igual que la línea SC de servicio permanente que se denominó B21. Otro servicio nocturno de esta empresa era la B25N, que desde 1985 sustituía en franja de noche a la línea B25 (antigua BS de Urbas y TMB).


Paralelamente a esta red existieron servicios complementarios permanentes o que funcionaban hasta altas horas de la noche, la mayoría de los cuales fueron progresivamente desapareciendo a medida que se inauguraron las nuevas líneas nocturnas que las sustituyeron. Fue el caso de las líneas 2 "P.Tetuan-C.Meridiana", 10 "Gracia-Carmelo", 25 "P.Gala Placidia-Ntra. Sra. Coll", 29 “Circunvalación”, 36 "Paralelo-Besós/Verneda", 41 “P.Calvo Sotelo-Pueblo Nuevo”, 44 "Estación de Sants-B.Besós", 47 "P.Cataluña-Guineueta", 48 "Ramblas-Casa Antúnez-P.España-Ramblas", 50 "P.España-Vía Julia", 51 "Atarazanas-Trinidad", 54 "Rogent-Collblanch", 56 "Collblanch-Besós/Verneda" 57 "Barceloneta-Collblanch", 64 "Barceloneta-Pedralbes", 65 “P.Cataluña-Z.Universitaria”, 112 “Buen Pastor-Mina Ciudad”, 141 “Rocafort-B.Besós”, 202 “Fabra y Puig-Ciudad Meridiana”, CO “P.España-Cornellá” y SC "P.Urquinaona-Sta.Coloma", algunas de ellas de tranvías y otras de autobuses.


Los años sesenta y setenta fueron un periodo de desarrollo y expansión de la red nocturna, mientras que finales de los años setenta y la década de los ochenta se podrían considerar de máximo esplendor. En una etapa inicial se crearon servicios permanentes o que funcionaban hasta la madrugada, luego se implantaron líneas propiamente nocturnas y finalmente éstas fueron sustituyendo la mayoría de los servicios permanentes. El resultado fue una red radial donde la gran mayoría de líneas convergían en el centro de la ciudad entendido como el espacio urbano definido por las plazas de Urquinaona, de Cataluña y de la Universidad. Los barrios de la zona norte, centro y nordeste de Barcelona fueron los mejor atendidos, mientras que en el sector noroeste, oeste y sur la oferta era menor.
El 28 de septiembre de 1990 la empresa Mohn creó tres nuevas líneas nocturnas destinadas a cubrir las necesidades de transporte público del área del Baix Llobregat, concretamente de aquellos municipios que formaban parte de la Entitat Metropolitana del Transport (EMT): LN1 "Pl.Catalunya-Sant Feliu", LN2 "Pl.Catalunya-Sant Boi" y LN3 "Pl.Catalunya-Castelldefels". Fue un primer paso para la futura creación de una red nocturna metropolitana más allá de Barcelona.


A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, la EMT consideró la necesidad de reestructurar la red de autobuses nocturnos mediante la reordenación de líneas, la supresión de otras y la ampliación de la cobertura territorial por la ciudad, además de mejorar la oferta en cuanto a frecuencias de paso. Ello comportó la convocatoria de un concurso en el cual las diferentes empresas candidatas a explotar estos servicios presentarían sus ofertas y a una de ellas se le adjudicaría la explotación. Finalmente en fecha 27 de septiembre de 1990 la empresa TUBSAL que explotaba los servicios del Barcelonès Nord fue la ganadora. Ello supuso la supresión de las líneas nocturnas NB, ND, NF, NG, NH, NL, NN y NT y el servicio permanente de las líneas 54, 56 y 62 las cuales pasarían a circular únicamente de día. Sólo sobrevivieron las líneas LN1, LN2, LN3 (de Mohn), B25N (de TUBSAL), NS (de TUBSAL), EN (de TMB) y 53N (de TMB), así como el servicio permanente de la línea B21 (de TUBSAL). El cambio de operador se produjo la noche del 3 al 4 de marzo de 1991 estrenándose las siguientes líneas: N1 "Zona Franca-Via Júlia", N2 "Collblanc-Verneda", N3 "Av.Xile-Montcada", N4 "Vall Hebron-Pl.Catalana", N5 "Pl.Catalunya-Horta", N6 "Roquetes-Santa Coloma", N7 "Pl. Catalunya-Besòs Mar" y N8 "Pl. Catalunya-Av.Tibidabo". El resultado fue un total de ocho nuevas líneas conocidas como Nitbús, con tarifa nocturna, billete de transbordo y tarjeta multiviaje especial. A excepción de la línea N1 con frecuencia de paso de 20 minutos, el resto era de cada 30 minutos y tenían en común su confluencia en la plaza de Cataluña, de las cuales tres finalizaban en dicha plaza y el resto eran dobles.


A fin de integrar en la red Nitbús al resto de líneas nocturnas y unificar criterios se procedió al cambio de número de ellas. Por este motivo la línea NS pasó a ser N9, el servicio nocturno de la B21 se llamó N10, la línea B25N se llamó N11, y las líneas del Baix Llobregat explotadas por Mohn LN1, LN2 y LN3 se denominarían N12, N13 y N14, respectivamente.
En 1996 la empresa TUBSAL renovó la concesión del servicio Nitbús y por ese motivo se aprovechó la ocasión para modificar el recorrido de algunas líneas para ampliar la cobertura territorial hacia aquellos barrios que así lo requerían y también lo reivindicaron. El resultado fue la prolongación de las líneas N1 (hasta la Trinitat Nova), N4 (hasta el Carmel y la plaza de Alfonso Comín), N5 (por la zona alta de Horta y el Carmel) y N8 (hasta Sarrià y la Verneda por la Vila Olímpica y el Poblenou). La línea N7 fue suprimida. Estos cambios se hicieron efectivos la noche del 30 de junio al 1 de julio del citado año. Igualmente tanto TUBSAL como Mohn empezaron a incorporar modernos vehículos de piso bajo adaptados a personas de movilidad reducida.


Dos años después, el 15 de junio de 1998 se crearon tres nuevas líneas: N0 "Portal de la Pau-Portal de la Pau", N7 "Pl.Espanya-Auditori" y N15 "Pl.Catalunya-Sant Joan Despí", las dos primeras explotadas por TUBSAL y la última por Mohn. Además se amplió el recorrido de las líneas N2 (hasta Badalona), N4 (por Vallcarca y el Coll), N6 (hasta el barrio de les Oliveres), N8 (hasta santa Coloma), N9 (hasta Badalona) y N12 (hasta el Portal de la Pau). Las líneas N5 y N10 fueron suprimidas. El 27 de marzo del 2003 las líneas N6 y N8 modificaron se recorrido hasta Can Franquesa y las Oliveres, respectivamente, en Santa Coloma de Gramenet. El 19 de mayo del 2005 la empresa Mohn creó la nueva línea nocturna N16 "Pl.Catalunya-Castelldefels" y el 15 de septiembre de 2005 la línea nocturna 106 (antigua EN) de TMB pasó a manos de la empresa Mohn convirtiéndose en la nueva N17 "Pl.Catalunya-Aeroport". El resultado fue una red nocturna con mayor cobertura territorial no solo en Barcelona sino también en los municipios del Baix Llobregat y del Barcelonès Nord del ámbito de la EMT, con una estructura radial parcialmente rota gracias a la línea circular N0 y a la línea transversal N7 que permitían la conexión de buena parte de los ramales periféricos de los servicios que convergían en la plaza de Cataluña. Además se prestaba más atención a los barrios de la zona alta de la ciudad y a las áreas de ocio nocturno.


Ya en el siglo XXI, el 23 de noviembre de 2006 la red metropolitana del Nitbús fue nuevamente remodelada por TUSGSAL (antigua TUBSAL) con la novedad de que las tarifas nocturnas se equipararon a las diurnas y ya era posible usar los mismos abonos del sistema tarifario integrado tanto personales como multipersonales que las líneas diurnas dentro del ámbito EMT o Zona 1. Además, entre el jueves y el sábado la mayoría de líneas mejoraron su frecuencia de paso de 30 a 20 minutos porque la demanda de fin de semana superaba la de domingo a miércoles. La línea N2 prolongó su recorrido hasta L'Hospitalet de Llobregat, la línea N3 por el interior de Can Cuiàs y de Montcada i Reixac, la línea N4 hasta el barrio de Canyelles, la línea N7 hasta Pedralbes y el Fòrum por la plaza de Cataluña, la línea N8 hasta Can Caralleu y la línea N11 hasta Can Ruti. La línea N6 modificó su recorrido por la zona del Fòrum y el Besòs, y se creó la nueva línea N5 "Pl.Catalunya-Carmel".
El 20 de abril de 2007 se amplió la oferta de las líneas del Nitbús a 20 minutos para todos los días y se amplió el recorrido de las líneas N2 (en Badalona) y N16 (en Castelldefels). El 15 de julio siguiente lo hicieron las líneas N12 y N15, el 2 de julio del 2012 las líneas N16 (hasta la terminal T2) y N17 (hasta la terminal T1). El 15 de noviembre de 2008 TMB suprimió su última línea nocturna, la 153 (antigua 53N). El 15 de septiembre del 2016 se estrenó la nueva línea N10 nocturna de Bus del Barri que atendía los barrios de Sarrià, Vallvidrera y Les Planes; el 1 de junio del 2017 se creó la nueva línea N18 "Pl.Catalunya-Aeroport" para reforzar la oferta nocturna al aeropuerto durante los meses de verano; el 17 de julio siguiente se puso en marcha la nueva línea N28 "Collblanc-Port Olímpic" y el 19 de junio del presente año se puso en funcionamiento la nueva línea N26 "Pl.Catalunya-Diagonal Mar" por el Paralelo y el frente marítimo. Como últimas novedades se han aplicado en algunas líneas paradas antiacoso y a la demanda para mujeres y menores de edad y se han incorporado modernos vehículos articulados e incluso híbridos y eléctricos.


Llegados a la actualidad, el transporte nocturno barcelonés ha tomado una importancia como jamás la ha tenido, y ello es reflejo de la transformación de la ciudad y de las pautas de comportamiento social. A la red nocturna debemos sumar el metro, con un horario más amplio hasta las 2:00h de la madrugada los viernes y vigilas de festivos y funcionando toda la noche del sábado al domingo y en fechas señaladas con motivo de verbenas, año nuevo, ferias, conciertos, festivales u otros acontecimientos especiales y extraordinarios. Además, desde el 5 de noviembre de 2001 se cuenta con una red formada por 17 líneas de autobuses nocturnos interurbanos, explotadas por diferentes empresas de transporte y gestionadas por la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) que enlazan Barcelona con los principales municipios del ámbito de la región metropolitana de Barcelona, formado por las comarcas del Alt Penedès, Baix Llobregat, Garraf, Maresme, Vallès Occiental y Vallès Oriental.

Este artículo que resume los 60 años de historia de la red de autobuses nocturnos de Barcelona ha sido posible gracias a obras de referencia y consulta fundamentales como son los libros de Manuel Giménez Attenelle titulados Memorias de un tranviario (en cuatro volúmenes) y Memorias de un peatón, así como la página web de José Mora Martín  www.autobusesbcn.es.

Fotos: Arxiu EMT, Arxiu TMB, Colección Xavier Flórez, C.G. (El Español), J.M.S., La Razón, Pérez de Rozas, SSola.

Recordando a Leopoldo Pomés

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El pasado mes de agosto terminó con la triste noticia del fallecimiento del fotógrafo barcelonés Leopoldo Pomés Campello. Desaparece así otro gran artista de la imagen que a través de su cámara contribuyó a explicar en vivo y en directo una etapa de la historia de Barcelona desde la fotografía, siempre claro está, bajo su punto de vista personal, pero a la vez real, y con un estilo único.
Nacido en Barcelona en 1931, desde muy joven se interesó por la fotografía hasta el punto de convertirse en un verdadero autodidacta, aprendiendo por su cuenta de otros profesionales de la época a cambio de ofrecerles sus servicios como barrer, limpiar y ordenar los estudios. Fueron tres años de aprendizaje profesional. Su vocación la descubrió desde muy pequeño, en su casa, al ver que su padre contaba con una cámara Kodak que apenas usaba, lo cual aprovechó para hacerse a menudo con ella y empezar a practicar. Su primera foto fue un retrato de sus padres en un campo de viñas. Con tan solo 10 años de edad, tuvo su primera cámara, una Univex.


Nunca destacó precisamente como buen estudiante, pero su talento artístico lo compensó sobradamente. Siempre estuvo interesado por el dibujo, la pintura, la literatura y el arte en general. Acudía a exposiciones y miraba libros de arte. Sus primeras fotos fueron con poco entusiasmo, hasta que trabajó en una librería situada en la barcelonesa calle de Bergara cuyo gerente tenía un estudio fotográfico en su domicilio particular. Ese hombre, muy amable, al ver que aquél joven tenía tanto interés por la fotografía, lo invitó a su casa. Fue entonces que comenzó su trayectoria para convertirse en uno de personajes más destacados de la fotografía. No lo dudó y enseguida tomó ejemplo montando también un laboratorio fotográfico en su casa. Si algo le entusiasmaba era el revelado, ver cómo en una hoja blanca iba apareciendo la imagen de lo que él había retratado. Los gritos de entusiasmo de ese chico prodigioso llegaron a despertar a su padre en más de una ocasión durante la noche.
Cinco años después adquirió una Kodak Retina. Sus primeros reportajes gráficos fueron corridas de toros, incluso estuvo a punto de publicar un libro fotográfico con un texto escrito por Ernest Hemingway. Sin embargo, al abandonar éste el proyecto el libro no vio la luz hasta el año 1996.


En 1955, cuando contaba con 24 años de edad consiguió hacer su primera exposición fotográfica, concretamente en las Galerías Layetanas. Su trabajo consistió en una serie de retratos efectuados con una técnica distinta que en su momento generó cierta polémica. Y es que bajo el paraguas del franquismo se valoraban especialmente aquellas fotos que rememoraban y exaltaban el régimen. Por ello, atreverse a hacer algo distinto resultaba muy chocante y atrevido. Sin embargo, los miembros de Dau al Set, a los que Pomés conocía desde los 17 años de edad, valoraron positivamente la exposición. Sus componentes eran al menos 10 o 15 años mayores que él, pero aun así lo acogieron al ver las inquietudes que el chico manifestaba. De este modo conoció a los famosos artistas que integraban el grupo, como Joan Brossa, Arnau Puig, Joan Ponç, Antoni Tàpies, Modest Urgell, Cuixart, Joan-Josep Tharrats y Cirlot. Su amistad con ellos convirtieron a Pomés en su fotógrafo, a la vez que fueron una influencia clave y decisiva para los años posteriores.
A finales del mismo año 1955 el poeta y editor Carles Barral lo contrató para ilustrar con fotos una novela de Italo Svebo titulada "La conciencia de Zeno". A pesar de que las fotos gustaron a Barral, un socio de éste rechazó el trabajo de Pomés porque al no ofrecer una imagen bonita de Barcelona no tendría salida comercial. Afortunadamente, en la actualidad se publicó gracias a la editorial La Fábrica y a Juan Manuel Bonet.


Como buen artista de vocación, sus imágenes captaban desde el corazón aquél momento que él creía poseer riqueza de contenido, sentimientos y expresión humana. Uno de los grandes méritos de su obra, como la de los fotógrafos contemporáneos a su época, fue el hecho de innovar sin haber tenido como referencia a los artistas extranjeros del momento, cuyas obras eran difíciles, por no decir imposibles de ver en España debido a que las revistas de fotografía de otros países no llegaban salvo casos muy excepcionales.
La calidad de sus fotografías le fue prontamente reconocida y de este modo empezó a ganar dinero de verdad y a moverse dentro de este mundo codeándose con otros artistas y profesionales. En 1958 el Anuario de la Fotografía Española (editado por AFAL) dio a conocer la figura y obra de Pomés a nivel internacional, equiparándolo en calidad a los fotógrafos nacionales e internacionales más destacados del momento. Su estilo tan personal, capaz de reflejar a la vez el dolor y la sensualidad,  fue calificado como neorrealista.


Además de fotografía, probó suerte con la cinematografía, dirigiendo el cortometraje "Salida de misa" (1957) y trabajando como director de fotografía en el film "Notes sûr l'emigration" (1960) de Paolo Brunatto y Jacinto Esteva. También se interesó por la publicidad. Se presentó en la Agencia Pentágono, entonces la más importante de Barcelona, y su director creativo Marçal Moliné enseguida se interesó por la obra fotográfica de Pomés, aunque éste los tuvo que convencer para ser contratado gracias a que logró superar la prueba de una foto original para un bañador Meyba que convenció al equipo.
Por aquellos años conoció a Karin Leiz, la que sería su novia y su musa, a la cual jamás dejó de fotografiar. Al poco tiempo se casaron y trabajaron juntos en muchos proyectos, incluso ya separados pero siempre buenos amigos. Para fomentar su faceta en el mundo de la producción audiovisual y de la publicidad en 1961 fundó junto a su esposa el Studio Pomés, y al cabo de poco ingresó como director creativo en la agencia Tiempo. Desde entonces él y su pareja buscaron modelos (como Margit y Nico) para famosas campañas en anuncios de firmas conocidas como Terry (cuya chica montada a caballo logró burlar la censura franquista) y Gallina Blanca.
El 3 de julio de 1970 junto a su mujer Karin y el matrimonio formado por el arquitecto Alfonso Milá y Cecília Santo Domingo inauguraron un restaurante tortillería llamado Flash Flash. Cuatro años después Pomés inauguró el restaurante italiano Giardinetto. Ambos locales todavía existen y se hallan en la calle de la Granada del Penedès, en el barrio barcelonés de Sant Gervasi.


En 1977 dirigió un documental taurino junto a Pere Portabella y en 1978 un largometraje titulado "Ensalada Baudelaire", escrito junto a Román Gubern y Oscar Tusquets. En 1982 junto a Víctor Sagi dirigió la ceremonia de apertura del Mundial de Fútbol del citado año celebrado en el Camp Nou, con un espectáculo que logró emocionar al mismísimo Pelé. Igualmente, creó la excelente campaña de imagen de la candidatura de Barcelona para organizar los Juegos Olímpicos de 1992. La presentó a los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) para que decidiesen qué ciudad albergaría el evento. Finalmente los convenció. Por eso, en buena parte podríamos decir que Barcelona celebró los juegos gracias a Pomés. En aquellos años destacó por diferentes documentales sobre la ciudad de Barcelona, como "La moda a Barcelona" (1987), "Inspiring Barcelona" (1989) y "Barcelona, una passió" (1992).
Hasta el año 2006 ejerció de director publicitario de la marca de cavas Freixenet. Fue él precisamente quien inventó las famosas "Burbujas de Freixenet" que tantos años nos acompañó en los anuncios navideños protagonizados por artistas famosos del cine tanto nacionales como de Hollywood. Especialmente de quien tuvo un grato y admirado recuerdo fue del entrañable Gene Kelly.


Afortunadamente su carrera fue reconocida y meritoriamente premiada. En 1998 recibió la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona y el Premio de Artes Plásticas de la Generalitat de Catalunya, en 1999 se le otorgó la Creu de Sant Jordi y en 2018 el Premio Nacional de Fotografía. Otros galardones fueron el Primer Premio de Publicidad en la Bienal de Venecia y en el Festival de Cannes.
Poco antes de morir, presentó sus memorias bajo el título "No era pecado" (Tusquets/Edicions 62), escrito con la colaboración de la periodista Lidia Penelo. Desaparece así el fotógrafo que, según palabras de Manuel Vázquez Montalbán, erotizó a todo el país. Pomés, sin embargo, deja este mundo con un mensaje de optimismo, pues vio el futuro de la fotografía en Barcelona como algo prolífero y espectacular, sorprendido por la calidad artística de los jóvenes fotógrafos, concretamente de quienes ofrecen la visión más misteriosa y personal, de quienes crean imágenes que no se acaban tanto por su intensidad como por su duración al verlas. En definitiva, tal y como él dijo, lo que sorprende es plasmar aquello que logra que el arte terminado nunca se acabe.


Fotos: Leopoldo Pomés, Outumuro.

Barcelona se alza contra la inseguridad y el incivismo

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Lo confieso. El pasado sábado día 14 asistí a la manifestación celebrada en Barcelona contra la inseguridad y el incivismo. Yo también me siento agotado por la situación actual y he querido expresar abiertamente mi disconformidad con la gestión llevada a cabo por el Ayuntamiento en los últimos años. Por este motivo he apoyado tanto a quienes han organizado esta marea social como a las asociaciones y personas anónimas que la han respaldado. Estamos hartos de carteristas, de robos, de violencia callejera, de violaciones, de intimidaciones, de asesinatos, de traficantes, de vándalos y de incívicos. Nos indigna la pasividad de una administración municipal que, además de no haber hecho nada al respecto, ni siquiera ha tenido la humildad de ser crítica y autocrítica, sino que ha preferido achacar la culpa a otras instituciones como la Generalitat y el Gobierno español, relativizando la gravedad del escenario alegando que en realidad se trata de una campaña contra la alcaldesa.
En un anterior artículo del presente blog enumeré a modo de propuesta personal una serie de recomendaciones que deberían llevarse a cabo para paliar este problema:
1. Aumentar el número de efectivos de la guardia urbana, la policía y los vigilantes de seguridad en espacios públicos y sistemas de transporte público.
2. Desarrollar nuevas tecnologías en la localización y prevención de actos delictivos, como el sistema CompStat (aplicado para ubicar agentes, localizar delitos y valorar su impacto) y el HotSpotter (para detectar disparos de armas de fuego).
3. Mejorar la relación social entre los cuerpos de seguridad y la población, de modo que la presencia de los agentes no sea hostilmente percibida.


4. Entablar un diálogo entre cuerpos de seguridad y entidades vecinales, escuchando los problemas aportados por los vecinos y sus sugerencias de actuación, desarrollando así planes conjuntos de barrio.
5. Invertir mayores recursos presupuestarios para desarrollar un programa general contra la inseguridad ciudadana.
6. Controlar los traficantes de droga y de productos ilegales, así como los lugares estratégicos de tráfico (zonas portuarias y aeroportuarias) y la venta ambulante.
7. Modificar las leyes para garantizar la tolerancia 0 y firmeza 10 contra delincuentes, terroristas, traficantes, violadores, criminales e incívicos.
8. Aprobación de una nueva normativa cívica que permita a Barcelona ser una ciudad abierta, acogedora e integradora, pero a la vez fuerte y severa contra la inseguridad y el incivismo, es decir, que garantice tanto a la población de derecho (residentes) como a la de hecho (visitantes y turistas) unos derechos fundamentales pero a la vez unas obligaciones ineludibles.
9. Destinar recursos a la integración, inclusión, reinserción y formación educativa, cultural, deportiva y profesional de personas delincuentes o con riesgo a delinquir, con el objetivo de cultivar habilidades de pensamiento crítico y construir una conciencia de lo que es nocivo para la sociedad.
10. Combatir los desequilibrios territoriales entre barrios mediante el desarrollo de planes de barrio y de planes comunitarios entre administraciones y entidades vecinales para integrar los sectores más marginales como un espacio más de la ciudad.


Sin embargo, la falta de un consenso mayoritario o unánime de todas las fuerzas municipales impide acatar un programa eficiente de actuación. Es importante hallar puntos de convergencia que satisfagan a todos, optar por la fórmula que mejor funcione, mejorándola y corrigiéndola según se vaya aplicando y a partir de los resultados obtenidos, incluso compartir experiencias similares con otras ciudades. La alcaldía vigente, de izquierdas, ha caído una vez más en el error de que aplicar mano dura o la llamada "tolerancia 0 firmeza 10" es una práctica más propia de la derecha o la extrema derecha, lo que a menudo la ha llevado a un buenismo excesivo e irracional en contraposición a acciones que se venden como radicales o incluso reaccionarias cuando en realidad no lo son. Ésta visión ya supone un freno a una política de seguridad eficaz que garantice la paz, el orden y la convivencia.
La manifestación no ha sido apoyada por todo el mundo pero sí por una gran mayoría de barceloneses, incluidas las asociaciones vecinales de comerciantes. Por contra, entidades vecinales afines a partidos políticos como Barcelona en Comú y la CUP, la FAVB, colectivos antisistema o anticapitalistas y simpatizantes de la extrema izquierda la han rechazado. Las principales razones que aducen son la manipulación de la información y el racismo. La primera argumentación se basa en la existencia de una conspiración cuyo fin es desacreditar a la alcaldesa y su modelo de gestión municipal. Además, intentan reforzar su tesis comparando los índices de inseguridad registrados en ciudades como Madrid, Londres y París para demostrar que lo de Barcelona es meramente puntual y mucho menos grave de lo que se dice.


No obstante, la teoría se desploma inmediatamente cuando por un lado se niega la existencia de una crisis de seguridad y por otro se demanda urgentemente un mayor número de efectivos policiales y de agentes de seguridad privada para hacer frente a la delincuencia. Si realmente esos niveles de inseguridad no existen o son una burda campaña de desprestigio de la derecha y la extrema derecha, lógicamente no sería necesario demandar más Mossos d'Esquadra, ni vigilantes jurados, ni culpar a la Generalitat y al Gobierno español de haber abandonado Barcelona a su suerte. El aumento de la inseguridad y el incivismo o es real o es falso, pero no ambas cosas a la vez. La comparativa con Madrid, Londres y París resulta absurda si tenemos en cuenta que se trata de unas urbes con el triple de población y superficie urbanizada, y que Barcelona ha acortado distancias con un incremento de un 30% en menos de un año.
La segunda razón, el racismo, aunque puede ser verdad, es a la vez demagógica. No es una cuestión de color de piel o de nacionalidad, sino de la gravedad del delito cometido. Tampoco radica en asociar el hecho de ser extranjero o inmigrante con ser delincuente cayendo así en los clásicos rumores y prejuicios. Ciertamente siempre habrá quien utilizará el incremento de la inseguridad como excusa perfecta para atacar y criminalizar a los que son de otra raza, otro país, otra religión u otra cultura. Fuera de estas minorías intolerantes, quienes denunciamos lo que está sucediendo en Barcelona sabemos que la delincuencia no tiene fronteras y al margen de particularismos debe combatirse.


Respondiendo a los nos tachan de racistas o "fachas" por querer acabar con los carteristas del metro o con los atracadores de las calles, e incluso los defienden asegurando que "roban por necesidad", apuntamos que el dinero en efectivo que contienen las carteras robadas es un valor de cambio ganado a pulso por personas honradas y honestas, por ciudadanos anónimos que no trabajan precisamente por deporte o por afición, sino que de lunes a viernes (y a veces fines de semana y festivos) madrugan, hacen jornada completa de 8 horas (a veces más) para ganarse el pan de cada día y poder hacer frente al pago de la hipoteca o al alquiler del piso, abonar los suministros, mantener a los hijos y, sobretodo, alimentarse. Es por ese motivo que duele tanto perder el capital ganado con el sudor de tu frente, un esfuerzo diario de años que de un plumazo n esas "víctimas del sistema" (como los llaman sus defensores) te lo sustraigan de las manos.
La manifestación ha tenido un gran éxito de público. Desde Correos hasta la plaza de Sant Jaume por la Via Laietana y la calle de Jaume I más de un millar de personas han transcurrido de manera cívica y festiva, con las ideas muy claras, en un acto popular cuyos principales protagonistas han sido los vecinos de los distintos barrios de Barcelona. Ante el Ayuntamiento y la Generalitat se ha leído un manifiesto que supone un toque de atención a la clase política que dirige nuestras instituciones. El ágora barcelonesa fue el punto de congregación de todos los grupos de manifestantes. Corrieron rumores de que simpatizantes de Colau y contrarios a la manifestación intentarían boicotearla, lo cual de haberse producido hubiese sido un atentado a la libertad de expresión, a la democracia y una forma de coacción contra los disidentes ideológicos.


Afortunadamente no pasó nada y todo transcurrió pacíficamente tal y como estaba previsto. Probablemente (y por suerte) la noticia era un fake. La experiencia transmitió buenas vibraciones y un aliento de esperanza por una Barcelona mejor. Afortunadamente aún somos mayoría quienes queremos una ciudad cosmopolita, abierta e integradora, amable con sus visitantes, habitable, cívica y segura, emprendedora, capital del Mediterráneo, capaz de compatibilizar crecimiento económico con calidad de vida y que apueste por un equilibrio entre políticas sociales y proyección internacional.
Esta manifestación, en términos generales, ha puesto de relieve la división social que existe actualmente en la ciudad entre quienes apuestan por dos modelos de desarrollo totalmente contrapuestos. Pero esa ya es otra historia que merecerá dedicarle una entrada.

Fotos: Ricard Fernández Valentí
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